Revenge of the Titans

La estrategia de las torres y los titanes

Recuerdo mis primeras incursiones en los Tower Defense con World of Warcraft III. Eran del tipo de mapas más populares e interesantes que uno podía bajar por internet para jugar en modo individual. Quizás Blizzard deba pasar a la historia porque su juego provocó la invención de este nuevo género, así como los mapas de héroes que eventualmente se volvieron su propio e-sport (League of Legends, por ejemplo).

Sin embargo, desde aquellos primeros mapas, los juegos subsecuentes no parecían separarse mucho de la intención inicial; sólo cambiaban gráficos, velocidades, tamaños de mapas y algunas veces trataban de meter una historia. Después de todo, el género no parecía dar para más que un entretenimiento rápido y pasajero, juegos casuales que podían llegar a ser frenéticos pero no tomaban más de una hora y eso exagerando. Además, con el tiempo uno se aprendía ciertos de acomodos básicos (los laberintos, los grupos cerrados y bien actualizados), casi que universales que terminaban por ser estrategias probadas, a veces fáciles, que podían probarse en varios juegos del estilo.

Revenge of the Titans es un juego que busca romper el género al despedazar o retar ciertas estructuras básicas del género y creo que consigue un producto interesante con ello. Me gustaría empezar con esto, que me pareció novedoso, pues los gráficos y la música son vistosos y muestran una calidad excelente, pero que también es apreciable en productos similares.

Para empezar, las rutas propuestas para los monstruos en los mapas de Revenge of the Titans no son necesariamente fijas, sino que cada mapa consiste de caminos de tierra (literalmente son caminos angostos que siguen un trayecto hacia el centro de la base) y los titanes saldrán de los bordes del mapa, caminarán como pueden y se ajustarán al camino si les da la gana. Cada titán alienígena tiene su propia “mente” y decidirá qué hacer a su paso. Algunos se ajustan al camino, algunos bailan a su borde y otros se salen por completo cuando encuentran algo interesante que destruir (en especial si pertenece al jugador). Ello fuerza al jugador a una especie de adaptabilidad para poner sus defensas y acepta, desde los primeros niveles, lo fácil que puede perderlas.

El otro elemento clave en Revenge of the Titans es el acomodo de habilidades. Cada mapa ganado te da un punto de habilidad con el cuál puedes invertir el punto y un poco de dinero (el cuál también ganas después de cada mapa) en alguna investigación especial para mejorar las torres y sus añadidos. Igual que un RPG donde construyes a tu personaje para hacer DPS, defensa o intermedio, el jugador puede construir un estilo de juego que ayude a estrategias específicas. Este mismo sistema es mutable y quizás es una exigencia para que el jugador piense en estrategias para mapas o planetas específicos. Ello hace que el dinero sea un aspecto importante, no sólo para la construcción de torres pero para el reacomodo de los puntos cuando es requerido.

Y creo que otro elemento más o menos novedoso, es la recolección de recursos, el cual agrega un punto de estrategia en el juego. En todos los mapas hay varios depósitos que puedes recolectar con torres especiales, puedes poner una o varias torres sobre un depósito. Por supuesto, entre más recolectes del mineral más dinero ganas al final de cada mapa pero es importante considerar cuánto dinero tienes para las torres recolectoras y sus mejoras y esto sin tomar en cuenta que tan pronto pones la primera torre recolectora, aparecen los primeros monstruos. Así que probablemente ya habrás gastado la mayoría de tu dinero (al menos en el primer mundo) en poner las torres defensivas. Los monstruos muchas veces distraerán su camino para hacerse a un lado y correr hacia tus recolectores para romperlos.

Estos tres elementos convierten a Revenge of the Titans en un juego sumamente estratégico, y que aprovecha muy bien sus elementos para enriquecer su propia dificultad, pero tiene una buena curva de aprendizaje y está balanceado. Jugué, si no mal recuerdo, al menos los tres primeros planetas y me sentí cómodo y fascinado, explorando su variedad de propuestas. Por si fuera poco, no sólo tiene una amplia cantidad de planetas y mapas para un sólo jugador (los cuales pueden ser… gigantes), pero también hay un modo para crear mapas aleatorios. Revenge of the Titans es amable. Te permite generar un mapa de menor dificultad cada vez que pierdes por si quieres seguir adelante con la historia.

Ahora sí, hablemos de la historia: común. Titanes alienígenas atacan la tierra y tú debes detenerlos. Hay un militar muy parecido al Col. Sanders, estricto y cuadrado. Hay un científico que da sugerencias sobre dónde debes colocar tus puntos para que puedas seguir avanzando. Revenge of the Titans tiene humor negro, es un poco sarcástico, pero nada fuera de lo común. No digo que sea malo, pero no siempre causa gracia. Sin embargo, quizás lo mejor del juego es el diseño de sus monstruos, sus mapas y su música. Al estilo de una película de Clase B, verás grano y movimientos de sintonización en la pantalla (puedes desactivarlo si así lo quieres, pero durante la mayor parte del tiempo me pareció gracioso). El juego consta de los elementos básicos de una defensa de torres: tipos de monstruos contra tipos de balas, piedra papel o tijeras y la mejor estrategia, además de la adaptabilidad, es la ubicación y las combinaciones para lograr los mejores resultados de la manera más económica posible.

¿Recomiendo Revenge of the Titans? Sí, creo que es una excelente propuesta para varios géneros: estrategia, defensa de torres y RPG. El diseño es divertido y la música está chida.

Revenge of the Titans

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