No one kills this MOFO, cabrón
Shank 2
Shank 2 es un brevísimo street brawler (o como yo gentilmente quisiera llamar a este género: madrazos en la calle), beat ‘em up, hecho con gráficos de alta resolución y caricaturizados. Manejas a un ex-asesino de alguna organización que termina involucrado en líos de drogas y un dictador de un pequeño pueblo. Shank debe salvarlos a todos aún si ello significa matar al 99% de los sprites en la pantalla. La narrativa no influye mucho en este juego; adopta todos los estereotipos de una película de acción violenta y exagerada. No hay historia nueva qué contar, pero la narrativa basta para impulsarte a darte de golpes contra una horda de mafiosos en una serie de escenarios diversos.
Jugué con mi dualshock 4 y no me topé con problemas de control. Los movimientos, golpes y combos son fluidos, y divertidísimos. Es genial agarrarte a madrazos con un villano hasta aplicarle algún movimiento final: los matas con sus propias armas, les partes la columna o les aplicas un banquetazo. Algunas veces encontrarás uno que otro problema por la dinámica del juego o del personaje (usar las paredes para tomar un breve impulso o los saltos de una plataforma a otra, los cuáles son un poco incómodos), pero nada imperdonable. Si te acostumbras y mides los tiempos, Shank 2 se vuelve un reto por convertirse en un asesino capaz e imparable.
Los gráficos son buenos, los enemigos tienen su propia personalidad y aún cuando sus arquetipos se repiten, hay suficientes variantes para sentir lo contrario. Los fondos son un tanto estáticos: junglas y edificios en colores ocres y tropicales, pero la animación de los fondos, los objetos y los eventos adicionales sirven para esconder esos detalles. Hay otros momentos donde los actores se convierten en siluetas contra fondos iluminados aplicando algo de inspiración cinematográfica y le sienta bien.
El juego está bien balanceado y es económico en su diseño, lo cual habla muy bien de sus desarrolladores porque con pocos elementos consiguen armar la ilusión de un juego más vasto de lo que realmente es. No es de lamentarse, de veras aplaudo su decisión por irse a la vía breve; quizás el juego no valdría tanto si fuera innecesariamente largo, repetitivo y tedioso. Hay una gran cantidad de armas que extienden las capacidades de Shank y mientras matas a un ejército de gángsters de tercera categoría, bebes para recuperar tu vida. No es un juego de valores, pero es extremadamente divertido.
La música y los efectos de sonido complementan y ayudan al balance de la experiencia de Shank 2. La música nos recuerda a las películas de acción ultraviolentas de los ochenta y los noventa. Los sonidos son básicos y complementarios: explosiones, maquinaria, enemigos alerta, burlones o que gritan de dolor. Después de cada nivel, ves tu puntuación y la de tus amigos, así puedes compararte con ellos. Creo que el juego tiene un modo local para dos jugadores pero no sé si esto existe en línea, también tiene un modo de supervivencia y un modo en línea, pero no los exploré lo suficiente.
Jugué Shank 2 en dificultad normal y lo sentí bien balanceado, una experiencia sólida para un sólo jugador. Al contrario que otros reseñistas, me gustó la brevedad del juego (son ocho niveles y sus jefes, si no me equivoco, suficiente para echártelo en una sentada). El juego cumple con el género: es divertido, tiene acción, variedad de armas y de combos, y una horda de enemigos que te invitan a seguir adelante. También tiene logros y disfraces adicionales por si te interesa el grinding. Shank 2 es una buena experiencia y se paga en creces si lo consigues en descuento.