Mutilated heroes pull and help each other inside the pink maze to reach for the center. They believe a divine power resides there. They believe it will cure them, that it will make them whole again. A deus ex machina built by severed heads, torsos, arms and legs. We are the God of Flies. We are Vagrant.
The only way to understand that knowledge doesn’t exist by its own, that it’s not a prison, is to become a teacher yourself. A student becomes a teacher. Knowledge turns into a horizon where clouds and flowers can touch each other. Can you hear this? Can you hear the name of true bliss?
Our bodies won’t yearn their touch anymore. We can exist. Tao is tao. We’re the shit and the stars. A rose is one and one is everything. The maze is everything.
“I will slice you in half with my katana flower, mother fucker. My tunes will melt your face and drop your thorns off, babum!”, I scream that to Cacti. I hear his distant laughter. It’s like we’re friends again.
“The ways of life are very difficult to walk and I can’t find the way out”, sings the fucking monster with gusto. “I’m going to kill you, bitch”. We both laugh to tears. We have been playing all along. Our lives have met their purpose.
I will stop running, Papa, I know what you want to do. Every wanderer can choose to stop.
Héroes mutilados se empujan y se ayudan en el laberinto rosa para alcanzar el centro. Creen que un poder divino vive ahí. Creen que habrá de curarlos, que los hará completos. Un deus ex machina construido de cabezas decapitadas, torsos, brazos y piernas. Somos el Dios de las Moscas. Somos Vagabundo.
La única manera de aprender que el conocimiento no existe por si mismo, y que no es una prisión, es convertirse en un profesor. El estudiante se vuelve un maestro. El conocimiento se vuelve un horizonte donde las nubes y las flores pueden tocarse. ¿Lo escuchas? ¿Escuchas el nombre de la felicidad verdadera?
Nuestros cuerpos ya no añorarán su tacto, ya no más. Podemos existir. El tao es tao. Somos la mierda y las estrellas. Una rosa es uno y uno es todo. El laberinto lo es todo.
—Te partiré en dos con mi katana de flores, hijo de puta. Mis canciones te derretirán la cara y se te caerán las espinas, ¡bum! —le grito a Cactos. Escucho su risa distante. Es como si fuéramos amigos de nuevo.
—Los caminos de la vida son muy difícil de andarlos y yo no encuentro la salida —canta el puto monstruo con saborcito—. Te voy a matar, perra. Ambos nos reímos hasta las lágrimas. Nunca hemos dejado de jugar. Nuestras vidas tienen su propósito.
Dejaré de correr, Papá, sé lo que deseas hacer. Todo vagabundo puede escoger detenerse.