“Are you telling me that my story is a prison?”, asked Cacti. “Every story is a prison”, I blurted. “You fucker. You couldn’t allow me a single second of happiness”.

I allowed you years of happiness.

Imagine that. You tell someone you love that you allowed them to be. I deserve to wander eternally lost inside this maze.

A dog comes to the maze every once in a while. She leaves some bread crumbs and broken tortillas. “Come with me, Papa, it’s time to go home.”

She knows the way out but I can’t cheat.

Cacti pushed his espinas against my neck. Cacti is going full loco, ese. “I will destroy this fucking mess. If I can’t dictate my own story I will burn all the fucking books and rewrite it all. Rewrite it as it should be.”

—¿Me estás diciendo que mi historia es una prisión? —preguntó Cactos. —Toda historia es una prisión —balbuceé. —Cabrón. No pudiste permitirme un segundo de felicidad.

Te permití años de felicidad.

Imagínate eso. Dices a quien amas que le permitiste ser. Merezco vagar eternamente perdido en este laberinto.

Un perro viene al laberinto de vez en cuando. Deja algunas migajas y tortillas rotas. —Ven conmigo, Papá. Es hora de ir a casa.

Sabe cómo salir de aquí pero no puedo hacer trama.

Cactos empujó sus espinas contra mi cuello. Cactos se está poniendo crazy, ese. —Voy a destruir este puto desastre. Si no puedo dictar mi historia, quemaré todos los putos libros y la reescribiré. La reescribiré y todo será como debe ser.