Oh, I found a fairy in this maze. She sings and dance and drinks the blood of a dying beast. Her demonic eyes glisten with hunger and lust. This is a fairy tale after all.
You can hear the cries: “Why do you always betray me? Why do you always leave?”. We used to share our sadness while talking about our inner natures. He was the killer and the jester. I was the coward and the betrayer.
Some monsters that roam the pink maze: mexican wrestlers, tiramizuls, albundies, succubus, jacaranda radical dreamers, fairies, uncertainties, quality assurance managers, fractalic bitches, glitched pixel antiheroes, pixies, livid books and many, many others.
“Who would I be if I wasn’t a villain? I would be an astronaut. A wife. An ice cream vendor. I would train cats to fight in illegal arenas. I would be the president of a beautiful nation instead of a mob in this fucking kingdom of dust”.
The maze is trembling. He promised me that walls would be broken and lies destroyed but I know what is really going on: Cacti is hurting itself trying to escape a fixed destiny. Unless Cacti is eternal, it will break its own body with every new passage created. Not only that, but the ruins it leaves behind are the foundation for new walls. A change in the configuration. If Cacti realizes that, well, his hatred for me would grow like Jack’s beanstalk. Heh.
Oh, encontré un hada en el laberinto. Canta y baila y se bebe la sangre de una bestia moribunda. Sus ojos demónicos brillan de hambre y lujuria. Después de todo sí es un cuento de hadas.
Puedes escuchar los gimoteos—. ¿Por qué siempre me traicionas? ¿Por qué siempre te vas? —Solíamos compartir nuestra miseria mientras hablábamos de nuestra naturaleza oculta. Él era el asesino y el bufón. Yo era el cobarde y el traidor.
Algunos monstruos que vagan por el laberinto rosa: luchadores, tiramizules, güichominguez, íncubos, jacarandas de sueños radicales, tlacuaches, enigmas, supervisores de calidad, perras fractálicas, antihéroes descompuestos y pixélicos, libros rabiosos y muchos, muchos otros.
—¿Quién sería yo si no fuera un villano? Un astronauta. Una esposa. Un vendedor de helados. Entrenaría gatos para que lucharan en arenas ilegales. Sería el presidente de una hermosa nación en vez de un cualquiera en este puto reino de polvo.
El laberinto tiembla. Me prometió que los muros se romperían y las mentiras se destruirían pero sé la verdad: Cactos se está lastimando por tratar de huir de un destino inexorable. A no ser que Cactos sea eterno, romperá su propio cuerpo con cada pasaje creado. No sólo eso, pero las ruinas que deja atrás son los cimientos para nuevas paredes. Es un cambio en la configuración. Si Cactos supiera esto, bueno, su odio por mí crecería como la habichuela mágica de Jack. Ja.