Cartas lascivas de James Joyce a Nora
¡Mi dulce y querida chiquilla, finalmente me escribes! Para escribirme una carta tan desarticulada debiste estarle dando a ese coño tuyo la más feroz de las sobadas. Mientras que yo, querida, estoy tan exhausto que tendrías que lamerme una hora completa antes de ponerme sucificientemente dura el asta para metértela, y no digamos follarte. Me hice tanto y tan seguido que me da miedo mirarla y descubrir como quedó después de todo. Querida, por favor no me folles tanto cuando vuelva. Fóllame todo lo que puedas la primera noche o la siguiente, pero luego oblígame a que me cure.
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