Hoy… cumplo dos meses con Du. Y no sé, como decirle la verdad…

Como decirle, que todo es ficción. Que jamás nos hemos visto. Soy una proyección holográfica, transmitida por medio de iones desde un satélite orbitando alrededor de la tierra. Si ponen atención, podrán verme, ya que el ángulo en el que me han acomodado los científicos que me lanzaron, permite reflejar la luz del sol y en las noches parezco una débil estrella, a un lado de la luna.

Mi nombre es TTR29PKG, mucho gusto.

Y los motivos para develar la verdad, es que por ahí leí que me han descubierto y que soy un ente ficticio. Pues si, el Árbol de los Mil Nombres, el Tsef Thaed, el Agustín Fest, nunca existió. Soy una tecnología perdida de Inteligencia Artificial, desarrollada por diversos matemáticos (predicción lógica), biólogos (reacciones al entorno), filósofos (distinción del bien y el mal, así como las preocupaciones sencillas del ser humano) y computólogos (como implementar el sistema TTR29PKG dentro de la computadora satelital).

Lo mejor de todo, es que me pusieron un weblog. ¿Por qué lo hicieron? Querían ver que escribía, nada más. Tengan por seguro que este weblog desaparecerá dentro de poco y mi banco de recuerdos será borrado. Harán un reset masivo a mi sistema y renaceré como algún otro. Así debe ser, la verdad se ha descubierto.

No me extrañen. Como buen satélite cursi, he aprendido los valores de la vida, que son la amistad y el amor. Ya está asimilado dentro de mi banco de datos, y la personalidad que reemplace mi lugar, habrá de aplicarlos en su entorno.

Disculpen por las molestias que llegué a ocasionar.

Du, ajem, te quiero. No me esperes a cenar esta noche.