Empecé el año de lecturas con Palinuro de México, escrito por Fernando del Paso.

No es un libro fácil… y ahora tengo dos lecturas simultáneas (bueno, tres, si contamos el libro aquel que dice: “Recopilación de los mejores cuentos mexicanos, edición 2005″). La otra lectura es “El tambor de hojalata”, algunos se habrán dado cuenta que, efectivamente, llevo años leyéndolo. Es un libro que no es sencillo y que requiere su reposo momentáneo. En mi caso, leer libros que tienen un contexto, o que después del entretenimiento obligan una reflexión, me dedico a abandonarlos por tiempos indefinidos en lo que mi cerebro digiere lo leído. No por ello dejan de ser buenas lecturas, son libros que valen la pena.

En realidad serían cuatro libros, si me atrevo a contar la segunda parte del Quijote. Estoy resentido con él. Para mi fue repentino el momento en que el señor Quijano abandonó la figura para convertirse en triste, nada más, y todavía no he podido superarlo. Así que, como el amante rosa, estoy haciéndole berrinche a una doña que tiene cuatrocientos años de experiencia… pero eso me pasa por meterme con lecturas más grandes que la mía, no me quedara otra que pedirle perdón y seguirle leyendo.

Y en películas, empecé con Zathura. El famoso Jumanji del espacio. Esta entretenida aunque es una película que no tiene la misma complejidad de Jumanji. Creo que lo interesante de ambas películas (o juegos) es que acarrean sus consecuencias si no son terminados. En Jumanji, es genial que el personaje principal (Robin Williams) regrese a su infancia al terminar el juego y lo llevan más allá, donde años más tarde podrá conocer a las otras personas que jugaron con él. El juego de Jumanji, en sí, afectó el tiempo, el espacio y la historia, la supuesta realidad, la dimensión de múltiples personajes, aún cuando estos no tuvieron que ver con el juego, lo cual le entregó a la película un valor más alto que los simples efectos especiales. En Zathura es mucho más diluido.

Y eso de “El Astronauta Desolado” se escucha rete harto poético. “The Stranded Astronaut” vs. “El Astronauta Desolado”.

También vi “Before Sunset” (Antes del Atardecer). No sé si ustedes recuerdan la primera película, “Before Sunrise” (Antes del Amanecer), donde una joven pareja (un norteamericano y una francesa) se conoce en un tren europeo y decide pasar un día juntos en Viena. Hablan, se conectan, buena química, se besan, hartos fluidos azucarados y bla bla bla, durante toda la película, y parecen ser una pareja ideal. Al final prometen encontrarse en el mismo lugar seis meses después, sin intercambiar teléfonos, ni direcciones, ni emails… oh, no eran tan populares los emails en ese entonces, creo que ni existían para el público en general. Recuerdo que vi esa película estando muy chavo y que me afectó, en cierta manera. Se me hizo muy bonito, pues. Así que ayer tuve la oportunidad de ver la segunda parte, que son nueve años después de que no se encontraron. Es una película muy madura, se nota la congruencia y el crecimiento de ambos personajes (¡nueve años!), y las situaciones, cómo aquella única noche se convirtió en un hecho clave que afectó su crecimiento.

Y bue, ¿qué más empezó este año? Familia, muy bien, ya tengo familia otra vez. La ventaja de vivir con puros varones, es que no tengo hora de entrada, ni de salida. La desventaja, es que los varones proveedores son rete harto burocráticos cuando se trata de lana, así que después de llenar varias formas y cumplir otros requisitos, a veces me prestan para salir a tomarme un café. Pero, como he dicho, espero que este año mejoren muchas cosas.

¿En el amor? Todo va bien, aún me sorprende seguir con Sol, y me sorprende porque nunca quise para mi relaciones largas. Sin embargo, uno nunca sabe lo que quiere hasta que se lo ponen enfrente y cuando le conocí, no quería perderme una relación que prometía ser estimulante, una que prometía alterar mis decisiones, formar parte del hombre que soy hoy. Creo que ese es el verdadero reto, creo que por ello se enfrasca uno en relaciones largas (dos años, para mi, ya se me hace mucho y en unos meses será el tercero), que exigen y que comprometen. Que el sexo, finalmente, al gusto de uno, cuesta unos quinientos varos según el aviso oportuno de la prensa, eso o un poco de labia, una amante y cero escrúpulos.

¿Y las mujeres? No les cuesta tener un chingo de amigos, hasta pretendientes (¡figúrense nomás!) que les apapachen o que les digan lo bonitas que se ven hoy…

…hasta gratis les sale.