Desperté y el cacto me estaba mirando. Él me dijo–: Destino Manifesto. Yo le asentí. Desperté y el cacto me estaba mirando. Habéis cambiado mi percepción, móndrigo de puas. Y entonces Bob, fuerte y claro–: Siempre has estado despierto. Es cierto, aún cuando duermo estoy despierto. –Destino Manifesto. Déjame dormir un poco más, que no ves que mis manos estan frías. –¿Y si duermes, qué soñarás?
Soñaré con el asesinato, con el aborto, con un doble arcoíris en el cielo, me sentiré muy solo el día que no estés, la soledad es un estado de perfección (inútil). Mis manos están secas, resecas, retiradas, restiradas.
Baño de agua fría. Un poco de café.
Desperté y el cacto me estaba mirando. Él me dijo–: Destino Manifesto. Le acaricié las púas y una espina se me clavó en el dedo anular, una gota de sangre, una línea delgada, cayó en su tierra. Bob hizo una O con su boca. –Te compraré una compañera –le dije–, porque si seguimos así, al rato querré cogerte y no será un dedo el que me duela. Bob se echó a reír, yo le sonreí. Él sabe que estoy bromeando. (really).
Ella sabe que me provoca apenas un instinto de lujuria y ella, a través de su historia personal (inconfesable), se ha hecho una mujer intocable. Como ella sabe que me provoca un poco, entonces quiere aprender a domarme para cubrir sus intereses y lo hace a través de palabras, gestos, acciones. ¿Qué es lo que busca? Lo que toda persona inteligente: Conocimiento. Lo que toda persona floja: Que alguien le diga como y donde. Ella conoce mi carácter fuerte, como le grito a medio mundo en la oficina o como les doy sus sapes porque les estoy explicando algo que ya les había explicado. Pero ella no lo sufre, porque pregunta de la manera adecuada, aprovechando que me provoca un poco. Hoy le cambié la jugada. Hoy le estoy ignorando y un par de veces, ha bajado la máscara para mirarme feo. ¡Qué deleite! Pero bue… cabe la posibilidad de que ella, nada más, sea una coqueta (en el buen sentido).
Estoy aquí, mirando mis manos. Las líneas anteriores sirven para deshilachar lo que verdaderamente quiero escribir. –Destino Manifesto. Tres veces Bob, te la mamaste, has invocado un número cabalístico. Jefesote, Chamaquito y Fantasmita Cabrón. Si mil lo factorizamos a tres… ¿qué?
Mi desayuno son tres cigarrillos, dos cafés y un jugo de naranja.