Mi chiquita frapapú mon cherie duducita le planq, cuando discutimos, a menudo me pregunta—: ¿Qué es lo que quieres de mi? y hoy, después de leer a la chiquilla respondiendo como potrilla salvaje (en un post que ya eliminó porque así es ella de chistosa)… he ponderado mucho la respuesta, porque es como ella dice, nunca le respondo…
Lo que quiero es una asistente personal que me masajeé el cabello mientras escribo un probable best-seller, la ruina como escritor académico o canónico o la novela que me ganará muchos adeptos en un estilo de subcultura. Aunado al masaje de cabeza, también quisiera un masaje en los pies y uno en los hombros, que me lleve el café a las dos de la tarde, en punto. Por supuesto, estas labores debe realizarlas sin chistar, a menos que yo le de permiso y si lo hace sin permiso, debe tener en cuenta que lo hará cuando yo no esté haciendo la digestión o leyendo un importante tratado literario, donde sacaré ideas para actualizar mis técnicas en el lenguaje.
Por supuesto, como asistente personal debe tener un alto grado en cocina, creatividad e higiene. Algo así como una mesera a la que le diga—: Quiero un pastel de chocolate almendrado, y lo quiero ahora. Por supuesto, la creatividad cabe en el “lo quiero ahora”, porque si es lista se encargará de irlo a comprar a la pastelería más cercana. ¿Pero qué le tengo que dar dinero para comprar el pastel? Ni madres, como soy un hombre progresista y de este tiempo, permitiré que ella trabaje para que sostenga la casa. Así mismo, tendrá permitido comprar los muebles y todo lo que haga falta en el hogar. Si quiere comprar decoración, será en base a una lista, misma que yo le daré impresa y cambiará cada quince del mes.
Debe estar versada en el arte sexual y erótico, manteniendo siempre una sensualidad y una sonrisa, a la hora de atenderme. De ser el caso contrario, debe estar preparada para el castigo, ya sea que duerma en el patio esa noche o bien, en el caso menos peor (pior), en el sillón. Debe ser de mente abierta y estar dispuesta a intentar varias de las cosas, que igual, le pasaré en una lista, al menos cada fin de semana.
Cuando sea el momento, la mujer debe estar preparada para tener once hijos, los cuales, todos deben llevar al menos la mitad de mis genes. De no ser así, se le descontarán dos hijos. Por ejemplo: si ella tiene cinco hijos míos, y otro de algún chino, entonces tendrá que tener dos más para reponer la falta. Esta mujer, por supuesto, no podrá descuidar sus labores mientras este encinta, o bien, preñada. Tendrá que seguir cada uno de los pasos anteriores al pie de la letra.
Bueno… si, quisiera todo eso, o al menos a mon cherie duducita le planq…