A good grupie’s job

Este es mi primer reto cumplido para Big Blogger.

Los personajes que pedía el reto eran los siguientes:

• Un hombre calvo y de lentes.
• Una mujer en minifalda.
• Una pareja de novios.
• Un indigente / niño de la calle / tragafuegos / vendedor ambulante / “viene viene”.
• Un anciano o anciana (de 60 para arriba).
• Un chavo o chava con uniforme de secundaria.
• El séptimo personaje (huy, me acordé de The Seventh Guest) es libre de escoger a su criterio, entre más interesante, curioso, cagado o fuera de lo común, mejor.

Si te interesa ver como estuve pidiendo fotos a siete desconocidos y una breve anécdota, favor de darle click a dónde diga darle click.

Decidí reunirme con Caro para sacar las fotos, la verdad un reto así se disfruta mejor acompañado: la búsqueda de la gente, para observar mejor a los candidatos, para que sea más creíble la onda a los pobres incautos y también, porque así la gente piensa durante unas milésimas de segundo si de verdad no serás parte de una secta que esta recolectando rostros para sus folletos religiosos y eso, es mucho más entretenido. Como sea, fue mucho más divertido salir con Caro (aunque haya tardado un poco en agarrar valor) y definitivamente, las tres o cuatro fotos que tomamos a los dones (y doñas) fueron más sencillas… porque no sé que les pasaba que a mí no me querían (sniff). Hubo algunas personas que se negaron, pero la mayoría fue muy accesible… con eso de que Caro luego les soltaba: “ES QUE ES PARA LA ESCUELA”, entonces, pues, yo le secundaba con una mirada triste de Iñor, uste’ piensa interrumpir mi educación iñor? En fin, vámonos por orden cronológico, ya Caro les narrará su parte de la historia y les presumirá como cumplió su reto… por el momento me toca a mí.

Esta es la historia, de nuestra caminata de tres horas, desde La Zona Rosa, La Condesa y luego yendo al sur, por Galerías Insurgentes y el Parque Hundido.

 

Para vendedora ambulante, elegí a una doña que vendía flores de su carrito. En ese momento se encontraba echándoles agua y tirando las flores que estaban secas. Me llamó muchísimo la atención como trabajaba y definitivamente, se me hizo un personaje más interesante que el “viene-viene” o el boleador de zapatos que se encontraba en su esquina. Costó un poco de trabajo convencerla, ella pensaba que queríamos sacarle fotos a las flores o al puesto, y comentó que ella no era bonita como para salir… que la cámara se iba a romper. Entonces solté el choro que había practicado para esta situación: Esta foto es para una revista urbana (mamón con lo de urbana), se llama Big Blogger y lo que queremos es gente trabajando, haciendo sus cosas, etcétera. La señora entonces accedió un poco renuente e intentando posar para la foto, trató de hacer lo que hacía con sus flores y sostener el letrero. Me provocó muchísima ternura. Cómprenle flores, la encontrarán afuera de plaza insurgentes, donde esta el Sears, como no tengo un quinto no le pude comprar un girasol.

 

Yo pensé que el señor calvo de lentes sería uno de los personajes más difíciles de encontrar y fotografiar. En mi lista de prioridades ese personaje ocupaba el número uno, sin embargo, descubrimos que hay MUCHOS, caminando por la calle constantemente. Había muchos que se me hicieron interesantes, por su juventud, por sus facciones o su ropa, sin embargo, mejor me fui por lo seguro y elegí un hombre que se viera bonachón. A Caro le daba pena porque iba con su pareja, pero como iba paseando por el parque México, pensé que no sería difícil. No me equivocaba. Él fue uno de los curiosos que preguntó que era Big Blogger, le respondí que era un proyecto comunitario y que no se preocupara, que no era algo socialista y que después usaríamos su foto para referenciarlo con el Ché. Él se sonrió y me respondió–: Bueno, si esto es para el Peje, no se preocupen, lo hacemos con mucho gusto.

Y recordé que hacía dos horas, Caro y yo discutíamos nuestra preocupación porque ganara El Peje las elecciones.

 

Los viejitos fueron mi personaje más difícil. Ya habíamos pasado dos o tres que se habían negado o que se habían demostrado un poco incómodos. Pero fue que Caro le echó el ojo a la viejita y le pedí que por favor, ella hiciera las negociaciones, no sé si me veían muy malora, muy perverso o que los estaba engañando con mi discursito. Una negativa más, sniff, y no hubiera sabido que hacer. Finalmente ni me acuerdo quien pidió la foto, pero el señor se vio muy accesible. Ya habíamos formado como una mancuerna Caro y yo, ella empezaba el choro y yo lo remataba. Este par fueron muy amables, nada curiosos, no los vi apresurados por subirse al coche. Lamentablemente, esa amabilidad no se refleja en el rostro de la doña, ¡pero les prometo que fueron un pan de Dios!

 

Ya que habíamos terminado con los viejitos, el que creíamos que sería nuestro segundo personaje más difícil, nos enfocamos a los sencillitos: las chavas de secundaria, los novios, la chava de minifalda. El parque estaba rebosando de parejitas, así que nos dimos el lujo de vernos selectivos. Caro consiguió unos bien chingones (ya verán la foto, el chavo hizo una jeta poca madre). Yo conseguí unos monones, estos se vieron más curiosos de lo normal y preguntaron todo lo que se les ocurrió, desde que estudiábamos hasta si podían firmar la foto. Después de un rato de explicar someramente lo que es Big Blogger, les agradecí muchísimo y Caro se fue a fotografiar patos, en lo que yo miraba como se comían a besos. Sniff. Me hubiera gustado una foto así.

 

Habíamos tomado foto como a cinco uniformadas y decidí quedarme con estas, por la chavita asiática. Además, la chava asiática podía cubrirme a otro personaje, que era el de la minifalda. Muy accesibles las chavas, no tuvimos que dar ninguna explicación y muy contentas de tomarse la foto.

 

Me enteraría durante el transcurso de la tarde que el personaje más difícil sería el de la chava en minifalda. Porque hoy, en el puto Distrito Federal, no hizo puto calor. Recuerdo que cuando avisé del reto ya se sentía la primavera, y ese día de calle me tocó mirar como a seis chavas luciendo pierna. Pensé que no sería tan difícil y definitivamente me equivoqué. A la chava en minifalda la dejamos al último, esperando que en alguna de las dos plazas (Insurgentes ambas), se apareciera alguna de ellas. Afortunadamente encontramos como a tres o cuatro en Galerías Insurgentes. Entre ellas a la asiática de arriba, y luego a esta de acá. La foto fue más difícil también, porque Caro tenía que medir la distancia para que saliera la mini, y se viera el letrerito. Sniff, tantas cosas que hacer. En esa foto salí yo, pero muy a la derecha, yo con gusto me hubiera tomado la foto con la chava (una guapa, definitivamente), pero como iba con su novio había que respetar.

 

Aunque esta foto fue de las primeras, la dejé al último porque es mi séptimo personaje. Caro y yo nos divertimos con las posibilidades del séptimo personaje, viendo a que o a quien podíamos tomarle foto. Yo me decidí por el perro–: Es que soy fanático de los labradores y definitivamente, ese cabrón (o cabrona) se me hizo hermosísimo. La calle era suya y corría y movía la cola y se ponía todo loquito cuando su dueña le trataba de dar órdenes para que se quedara quieta. Su dueña se vio muy relajada para que le tomáramos la foto, la chava definitivamente era extranjera porque tenía acento europeo o gringo cuando hablaba. Tal vez era francesa, pero… no hay manera de decirlo.

En fin… Quiero Uno De Esos Cuando Sea Grande.

Ese fue mi reto. Yay.