No soy inocente. Invéntame una culpa y seguro la tengo en mi colección, pero tampoco, habré de confesarlas todas. Muchas estan registradas aquí, precisamente las que menos me interesan. Y son tan vanas como haber aplastado un río de hormigas, o tan serias como los amores retorcidos (moralmente inaceptables) a los que me sometí de vez en cuando. Cuando empecé a coleccionar ese bagaje (pm) de culpabilidades, aún era lo suficientemente inocente como para expresarlos en voz alta y observar la reacción de la gente, esperando en ellos una honestidad tan burda como la mía. ¿Qué no somos todos así?, me preguntaba en voz baja, ¿qué no todos escondemos algo? ¿Qué no es un alivio confesarte? ¿Por qué no me quieren confesar sus culpas, si yo puedo confesar las mías? Y buscaba en el rechazo de la gente las culpas que escondían… así empezó la desconfianza. –No todos son como tú –recuerdo que me dijeron, alguna vez–. No esperes lo mismo de otros, porque no todos son como tú. Y se quebró algo ese día, que me senté en los columpios y miré la tierra durante un rato. No todos eran como yo… ¿por qué? ¿No todos podían romper el camino de las hormigas sin sentir remordimiento? ¿O no todos podían ser honestos que esperan la misma honestidad del otro?
Lingüística… me enfermé de gripa hace unas semanas, y precisamente el día en que sentí el dolor de cabeza y los mocos se resbalaban de mi cerebro, fue también el día de mi primer examen de lingüística. Me desperté a las ocho de la mañana, me dolía todo el cuerpo y la cabeza. Entonces me dije–: Nada de excusas jovencito, vístete, bañate, peinate… zzzzzzzz. Mi cuerpo se rebeló, me dormí y desperté a las 10.30 de la mañana, media hora después de la clase. Me sentía un poco mejor y pensé: Bueno, aún puedo llegar. Y de nuevo sentí las molestías de la gripa, me negué con la cabeza y empecé a pensar neuróticamente:
Si no hago ese examen, no tendré el 40% de la calificación. Si no tengo el 40% de la calificación, voy a tener que recursar la materia de nuevo. Y si recurso la materia de nuevo, tendré que meterla junto con otras para no retrasarme. OMG WTF LOL DUDE, estoy perdido, estoy perdido, estoy perdido. Tengo que hacer ese examen de lingüística. Ya tengo 24 años, ¡ya no repitas más materias cabrón! Después vino la semana santa, y luego, hoy estoy pensando como pedirle a la profesora mañana que me haga el examen. Entre adultos civilizados no debería haber ningún problema, pero claro, un adulto civilizado se hubiera levantado a hacer el examen, así como en otras partes del mundo, varios adultos enfermos de gripe se levantaron a trabajar ese día. Piensa positivo (monín). Mañana hablarás con la profesora, ella te entenderá y te hará el examen.
De veras… no me gustaría repetir lingüística. Sniff… ya quiero terminar mi carrera.