Dos hojas en blanco son mejor que una. Adicional a eso, ha copiado algunos textos que quisiera seguir trabajando desde Google docs. A Fest le ha parecido cómodo escribir la novela desde ahí, lleva buen tiempo. En realidad son como cuatro hojas en blanco (incluyendo otros dos proyectos). Si no tiene cuidado, podría saturarse y acabar como loquito, con la lengua de fuera y los ojos saltones. Si no es porque se ha metido a la cabeza que la idea es escribir aquí y luego la NaNoWriMo, entonces tendría un pequeño colapso nervioso.

¿Por qué la urgencia de escribir? Porque tiene que hacerlo. Debe haber otros enfoques, unos muy distintos, dónde escribir sólo se hace cuando vale la pena, dónde hablar sólo se hace cuando se tiene algo que decir, dónde expresarse es sólo para alguien acomodado que tenga una auto-suficiencia holgada para buscar los chispazos de creatividad. Pero Fest siempre tiene algo que decir, será por una educación burda y vulgar de su imaginación, pero tiene que hacerlo y el mejor medio para hacerlo, el que mejor conoce, es el de las palabras y no por ello quiere decir que tenga la mejor manera de hacerlo, sabe que no es así, pero lo intenta y cree que si continua tallando, encontrará un sentido. Tal vez encontrará así su razón, insiste, la razón de todo esto.

Corre el riesgo de terminar como un viejito borracho y amargado, que descubra ninguna verdad detrás del manojo de letras. También corre riesgos por descubrir que sus letras no significan nada para nadie, incluso para él. Piensa en eso, pero no piensa mucho. Hay quien dice que la vida es muy corta para tomarse tan en serio y si encuentra una razón, su alcoholismo, su amargura, su rechazo, podrían transformarse en una pequeña broma de la cual valdría la pena carcajearse. Esa carcajada podría tomar años en acumularse. Cuándo siente que se esta tomando demasiado en serio, obligadamente, necesita carcajearse. Lo primero producto de su neurosis, lo segundo producto de su espíritu bonachón y amable.

Reírse de uno mismo es bonito. Reírse de uno mismo en mal momento, resta credibilidad. Reírse de uno mismo en todo momento, podría ser un signo de locura o idiotez, como a esos niños que les hacían muchas cosquillas de chiquillos y ahora se ríen por todo.

Alguien debería escribir un instructivo para Reírse de uno mismo.