Cosas que contar, como que mis tíos tienen deudas y no hemos hecho la despensa en un rato. Cuando no hay bolsas para tirar basura, por ejemplo, sabes que algo está mal. Es una alerta, una invitación a la carencia que puede existir durante dos o tres meses. Me recuerda cuando mi madre perdió su trabajo: las bolsas de basura se hicieron más pequeñas, teniendo que ocupar las regulares del supermercado en vez de las bolsas negras. Es un recuerdo muy particular, lo sé, pero al parecer… muy cierto. Una carencia se puede extender hasta años, si no se previene y se trabaja. Todo te lo dicen las bolsas de basura.

¿De comer? Ayer mi tío Daniel y yo nos asomamos al refrigerador, y lo único que quedaba era un queso doble crema y una botella de vino. Había más pasta en algún lugar de la despensa, pero creo que comer pasta durante tres días seguidos, nos ha hecho olvidar el espíritu alegre y parlanchín, estereotipado de los italianos, cuando hacen y sirven la pasta. Ahorita, por ejemplo, resignado a que no comeré algo más sustancioso, estoy cociendo algo de pasta. Increíble porque mi abuela insistía en que no abusáramos de ella, porque era pura masa (nos decía) y la masa sólo es eso… comida para olvidar que tienes hambre. Creo que eso pensaba de la pasta y similares. Pero el hambre es el hambre, así que me comeré mi platote tan pronto esté listo.

Aunque pasé hambre, muchas veces, cuando estaba solo en casting… no tenía una noción desagradable de que no es mi problema. Obviamente, vives solo, tienes que conseguir comida, trabaja huevón. No vives solo, entonces formas parte de una comunidad, eres una pieza más, y no únicamente tu problema. Es una noción desagradable, porque he vivido solo. Es una noción agradable, porque se que no estoy solo e incluso el hambre y esas pavadas, son más disfrutables cuando tienes a alguien a tu lado para reírte de eso. Ayer, supongo que por eso mi tío Daniel y yo, nos acabamos la botella de vino y platicamos nada. Se nos fue la noche y el hambre. Hace unos días me dijo un poco triste que es gacho sentirse pobre.

Me sentía así cuando estaba solo… pobre. Si sentía una urgencia materialista, era porque vivía solo… tal vez. Todavía estoy pensando en ello. ¿La urgencia materialista fue porque era independiente? ¿Y ahora qué estoy en casa, no siento ninguna urgencia? No, creo que no, veo con cierta indiferencia lo bonito que hay y no puedo tener. ¿Es la compañía lo que me hace olvidar esos deseos? ¿Será acaso, tan importante la familia como para olvidar celulares nuevos, coches que desearías, juguetitos electrónicos? Sé que pronto tendré un trabajo y lo veo con entusiasmo, porque quiero que sirva como un punto de inicio y de ahorro, por el casorio que ya esta cada vez más cerca. Aunque parte de ese sueldo (aún imaginario) lo estoy apartando para uno de esos gustos, un sólo juguetito de cuatro o cinco que podría comprarme.

Así son las cosas en familia, supongo. Un resumen:

Mi vida se ha convertido en una telenovela… resulta que mis medias hermanas estan estudiando en la misma preparatoria que mi hermano. Tengo un hermano medio más pequeño. Ninguno sabe de mi existencia. En un afán de enseñarles moral y buenas costumbres, prefieren mantenerme como un secreto alejado… Mi padre, no quiere saber de mí. Resulta, que por coincidencias, mi hermano y ellas en la misma preparatoria… Sólo faltaría que mi novia fuera una prima, con eso de que nos dicen que nos parecemos tanto. Mi padre y yo, al menos ya cruzamos caminos, en la misma preparatoria que yo estudié y he querido tanto.

JA JA Oh WOW.