• La vida es un río, con sus múltiples ramitas que se enredan donde quiera. Ayer hablé con mi jefe… el tiempo se acerca para dejar mi querida chilangoland y vivir con mi esposa, como debe ser. Sin embargo, son tiempos aciagos para arriesgarse de esa manera. Abandonar la seguridad de un trabajo, y otras rutinas que están bien puestas en su lugar… Antes no me preocupaban tanto estos cambios tan duros.

  • Me encojo de hombros ante las expectativas y las posibilidades. Muchas cosas pueden pasar. ¿Y luego?

  • Mientras tanto, me encuentro corriendo con dos proyectos que son stocks y se filman mañana. ¿Por qué no? La suposición viene que los clientes se están amarrando el dinero, y lo sueltan en el último momento, a quien deseé aceptarlo. Los presupuestos están, digamos, decentes… bajando poco a poco. Mientras lo demás, claro, sube poco a poco. Cada día.

  • Uno de los proyectos involucran a dulces abuelitas que deben viajar. El director que trabaja esto, no es uno sencillo y la verdad, es que ya vio la crema y nata de las abuelitas sanas que hay por estos rumbos. Nunca es fácil cubrir el trabajo de otra castinera, pero… pagan.

  • Tengo sueño, tantos días tan temprano y con tantas responsabilidades y pensamientos que lo mantienen despierto a uno tarde…