• Acabo de salir a la calle y el calor penetra profundamente todas las pieles. Ya no entiendo como funciona el clima. Desde la tarde -una tarde donde soy un zombie-, siento intensamente el mismo sopor que me ha perseguido toda la semana. Esta semana tuve en total dos filmaciones, y la siguiente otras dos. Soy un zombie. Pronto me perseguirá la IZAFE. Cerebro, cerebro, cerebro.

  • Me tiré en el sillón, cerré los ojos y me pasó algo curioso. El sopor me presentó imágenes muy curiosas, como si estuviera soñando, y como si estuviera despierto. Supongo, que entré a un estado pre-sueño. Ese estado lo reconozco bien, y generalmente, suele ser muy breve. Esta vez se alargó increíblemente, hasta que miraba un escenario tras otro, e inventaba personas que jamás había visto.

  • Soñar con personas que nunca has visto, me pregunto, si es resultado de la niñez olvidada. Cuando eres bebé, por ejemplo, y te la pasaste mirando rostros en el centro. ¿Será posible que haya rostros que registres para toda la vida, y se vuelvan inolvidables, por más comunes que sean? Soñaba con personas comunes, personas que no debían tener unos rasgos grandemente definidos, pero me parecían inolvidables de cualquier manera.

  • También soñé con Sol, con Jorge, con mi hermano, con mi gente.

  • Hace unos minutos, salí por un helado de la michoacana. El calor penetra profundamente todas las pieles, y los michoacanos se hacen millonarios. Marzo ya está anunciando su llegada, y cada vez que imagino el día de la primavera, imagino al bebé Benito Juárez en brazos de una Venus. Llegaron la primavera, y la nueva reforma, y los marcianos bailando cha cha cha. ¿Qué tal?