“A tu edad” precede muy-aburridos discursos, donde los mayores instruyen a los que consideran mas pequeños. Cuando leí que el tema era “A tu edad”, me imaginé al viejito sin dientes moviendo la quijada como vaca todavía con el bonche de pasto en la boca.
Tal vez por eso es de las frases preferidas cuando alecciono a mi hermano: “A tu edad, los celulares eran enormes y caros. El más pequeño era una chingaderita llamada Startac” y de ahí, lo más fácil es guiarse por las facilidades tecnológicas que nos ha hecho más huevones para hacerle entender, pues, que no sea huevón… mientras que uno, en su interior, guarda su propia pereza disfrazada con otros métodos y otros ocios. “A tu edad, usaba una pentium algún-número y esperaba horas a que arrancara la máquina, ah, y usaba windows 98”.
Después, ¿por qué no? Siguen también las agudas observaciones sociales (falsas e ilusorias) que nadie más que nosotros mismos y nuestro círculo generacional parecen notar: “No había tantos emos, es más, creo que ni los había. Se les llamaba distinto… creo que se les llamaba panistas”, “A tu edad, tenía que soportar un sistema de gobierno cuasi dictatorial con el PRI, no no no… siempre, era el único que ganaba, fue un trauma reconocer la posibilidad que había otros partidos para la presidencia de la República”, “A tu edad, bailaba RAP y era lo chingón, ¡mira mis pasos!”.
“A tu edad”, es una medición de inteligencia y buen gusto. Es una comparación menos cruel, para hacernos creer que envejecer no es tan malo. Cuando los hermanos terminan, empiezan los sobrinos y luego los nietos, luego los pobres cuarenta y tantos chamacos en una aula, que lo miran a uno con malicia, los niños solitarios en el camión o en el metro que lo confunden a uno con un pedófilo por hablarle azarosamente, los jovencitos rebeldes que le pusieron la piedra enfrente al bastón para el viejito cascarrabias. Las víctimas se vuelven escasas, el tiempo sigue pasando… sí, a tu edad, lamentablemente, es más fácil escribir este tipo de chingaderas y un pobre abuelito en Youtube, espera gozoso que las oigas.