Cada día nos guardamos las barbas, nos ponemos los zapatos, nos fajamos la camisa. Le sonreímos al compañero insoportable al encontrarlo en el estacionamiento. Nos reímos de los chistes del jefe. Hacemos small talk con el idiota que siempre trata de jodernos. Levantamos la mano en las reuniones. Hacemos observaciones inteligentes con cuidado de no ofender. Hacemos nuestro trabajo de 8 a 5 y lo hacemos bien. De vez en cuando nos ascienden, nos aumentan el sueldo, nos dan una palmadita en la espalda.
Somos los que hace 10 años teníamos un poster del Ché en la pared. Los que condenábamos al capitalismo. Los que vestíamos camisetas negras deslavadas, percings y pulseras punk. Somos los incorruptibles, los orgullosos, los rebeldes.
Somos los que le dieron las nalgas al sistema.
Somos los hipócritas.