No podía parar de mirarle a través de de las amplias ventanas, estaba ella fuera del salón recargada sobre la pared del pasillo, su pierna derecha ligeramente flexionada apoyando el largo tacón de aguja sobre la pared, su brazo derecho cruzado y apoyado sobre su costado y sus dedos de la mano izquierda juegan con un cigarro apagado, me pregunto qué pensará.
Bajo ligeramente la vista y veo su sus pies enfundados por zapatos de tacón, lentamente subo la vista siguiendo la figura de sus piernas hasta llegar a la línea horizontal que ya no me permite verlas, el borde de su falta, una falda de color gris claro, salto esa barrera y la sigo, continuo subiendo la vista ahora por el borde de sus muslos, veo las curvas de su cadera hasta llegar a su cintura, levanto velozmente la vista, no me ha visto, su mirada esta fija en el otro lado del pasillo, regreso a donde estaba, centímetro a centímetro voy aprendiéndome su figura a través de su blusa blanca a rayas azules.
Por fin llego a su cuello, se encuentra desnudo, me detengo ahí algunos segundos, mi respiración se acelera y mi pulso se incrementa, me decido a seguir subiendo por fin, sus labios ligeramente rojos se encuentran cerrados al igual que sus ojos detrás de sus lentes, fantaseo con ellos, fantaseo que me observa a mí, fantaseo que me habla a mi solamente.
Sus ojos se abren, me vio, se dio cuenta que la estoy viendo, desvió mi mirada hacia abajo, hacia las hojas blancas debajo de mis manos, tomo el lápiz y el borrador y pretendo escribir, números y más números, me pregunto cómo es que ella terminó dando clases de matemáticas en una preparatoria.
Más números, una ecuación y ahora una gráfica, tomo el borrador y me deshago de algunas partes, no tengo ni idea de que estoy escribiendo y borrando, me pregunto qué edad tiene, ¿28?, ¿30?, no se la respuesta, y no me importa, solo sé que es mayor que yo, bastante, y eso me gusta, y no solo me gusta, me excita, regreso a mis fantasías por algunos minutos, mi cuerpo me pide que me vaya, que me retire del salón, y mi mente, la parte posiblemente más básica de mi mente, la que solo quiere comer y reproducirse, también me dice lo mismo, y la razón no es la comida.
Golpeteo de tacones, levanto la vista, ella está entrando, camina lentamente hacia donde estoy yo, intento calmarme, se sigue acercando, al cabo de unos instantes se encuentra a un lado de mi, volteo la vista para verla a los ojos, veo que está viendo mi examen, su cintura se empieza a doblar, apoya las dos manos sobre la mesa, puedo escuchar su respiración, intento voltear sutilmente hacia donde está ella, apenas giro ligeramente la vista hacia la izquierda y veo sus senos a unos centímetros de donde estoy yo, intento calmarme pero no me es posible, solo deseo no tener que entregar el examen y pararme para salir del salón en este momento, justo estoy pensando eso cuando ella empezó a hablar.
-Dudo de usted muchachito, no creo que vaya a aprobar el examen según lo que veo, creo que va a tener que repetir la materia.
-Si es necesario repetiré la materia – respondí sin razonarlo, mi mente, y sobre todo mis ojos estaban clavados en un par de cosas que en este momento hacían mi mundo y que lo seguirían haciendo el semestre siguiente, ahora solo tenía que explicarle a mis padres que tendría que repetir por tercera ocasión matemáticas.