Treinta libros es un ejercicio de 30 días para recomendar libros que has leído. Uno a la vez.
No quería presentar el Quijote porque es obvio, pero no hay de otra y al final es la verdad. Es uno de los libros más divertidos que he leído. Pude escoger “Esperando a Godot” o una de las tantas obras de Shakespeare que he visto (ya que he leído pocas o sólo fragmentos. La mayoría de estas obras las he visto… divertidas, y en momentos trágicas: “La Tempestad” o “Titus Andronicus”).
Si tengo que escoger un libro que me tronó a carcajadas fue el Quijote.
El misticismo que rodea al Quijote es uno imponente. En las clases te lo presentan como la obra más importante de la literatura iberoamericana. Cuando le ponen esas palabras a la obra y eres un lector joven piensas que es un libro al que debes tratar con respeto, con cierto cuidado o con pincitas. Hasta yo llegué a recomendar que su lectura se hiciera después de tener cierto vocabulario o cierto nivel de experiencias. Hoy me veo tentado a corregirme. El Quijote es un depósito de varias etapas y qué invita a numerosas relecturas durante la vida. El Quijote es una gran oportunidad para una vida guiada.
Cuando empecé a leerlo, no me imaginé que uno de los primeros momentos tratara de Sancho comiéndose unos frijoles y después que se echara unos pedos tan apestosos que Quijote lo estuviera criticando buena parte del camino. Me maravilló encontrar que la obra universal, la novela más importante en español, se burlara de sus propios personajes a las pocas páginas. Supongo que esa es una lección… sí, una lección para la vida.
El Quijote no sólo divierte por sus momentos chuscos, también lo hace por sus momentos maravillosos: La pelea con los molinos, la pelea con el león, cómo transforma a las ovejas en todos los caballeros valerosos que lo guían y lo impulsan, en como penetra la cueva de Montesinos (qué, he leído por ahí, es uno de los capítulos fantásticos mejor hechos de la historia). El Quijote no sólo son carcajadas, sino diversión, vueltas constantes… el Quijote es una búsqueda como la de Ulises, pero una búsqueda llena de recompensas.
Sí, eso es.