Los que vieron, dicen que el error de Mateo fue dar el primer paso. Filomena ya lo tenía bien medido. Esa mujer, aunque borracha, podría partir una mosca en cuatro con sus puñales bien afilados, dijo un señor al retirar el cuerpo. ¿De la pelea? No hay mucho que decir: sí, Mateo dio el primer paso, alzó el puñal pero la otra mujer, aunque robusta como un buey, rapidísimo le metió una zancada y el cuerpo no había terminado de caer, cuando le clavó uno de los cuchillos en la espalda y el otro en la nuca. Para asegurar la muerte, trozó la punta de los cuchillos para dejarlos en el cuerpo, tomó asiento y continuó la fiesta, pues ya estaba empezada y ni modo de desperdiciar toda esa carne. Colette lloró un poco al quejumbroso. Entre sollozos, se le escuchó decir:
—Era tan enclenque y chupado que hubiera sido un excelente pinche.