Creo que el único Metal Slug donde invertí buena parte de mis monedas sabatinas y dominicales, fue en el primero. No recordaba Metal Slug X, tampoco jugué su primera versión: Metal Slug 2. Y como siempre, reseñar una franquicia tan confiable y tan abrazada a la nostalgia como esta, parece una tarea estéril y que sólo aumenta halagos donde ya sobran, pero de cualquier manera trataré de hacerlo y me enfocaré en los puntos malos que pueden ser importantes para gamers que ya lo jugaron y que sólo piensan depositar una lanita a la gente que los hizo felices durante la niñez.
Metal Slug, al final, es un juego de cajón, un shoot’em’up que debería formar parte de cualquier librería de juegos respetable que pertenezca a amantes del género, fanáticos de SNK y apreciadores de los juegos humorísticos y paródicos.
Primero hablaré de lo malo, lo cual, al final, pienso no es suficiente para negar la compra de este juego:
- La pantalla de inicio es una porquería. Alguien recortó el arte de Shinkiro y la puso sobre una pantalla genérica. Uno pensaría que si SNK nos va a cobrar dinero, una vez más, al menos pondrían de su parte para hacer una pantalla de inicio bonita.
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El juego, a pesar de todo, a veces tiene problemas de lag cuando salen demasiados sprites en la pantalla. Pero no es injugable, creo que es parte de la gracia del juego. Y no es tan insoportable como algunos shooters de super nintendo. Supongo que el lag se debe a que este es un ROM vestido y eso puede desencantar a algunos compradores.
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Se supone que el juego puede emular efectos como el scanline y otras par de cosas que reviven la nostalgia por las arcadias pero lo mejor, bueno, es que busquen en algún foro de steam los efectos creados por los fanáticos. Como siempre los fanáticos salen al quite cuando a los desarrolladores les da hueva. Me parece un misterio que ningún desarrollador que revive a estas momias guapérrimas no se le ocurra poner los crayones a la mano para que uno las vista de los colores que quiera.
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SNK, otra vez, apela a la nostalgia de los fanáticos para que les demos nuestro varo poniendo el mínimo esfuerzo de su parte. Revivir juegos así, que no aportan nada nuevo al género pero que desean sostenerse arriba sencillamente por su nombre, es un abuso a la memoria, a los recuerdos agradables, a nuestros sanos impulsos de melancolía y nostalgia. Pero… pero…
Metal Slug X es un Metal Slug. Repito, yo no jugué este número, pero fue el mismo paseo entretenido y frenético que viví cuando jugué el uno. Shoot ‘em up y bullet hell, Metal Slug sigue burlándose de un montón de géneros y de juegos: Contra de Konami, las películas de acción de los ochenta, los ejércitos de “los buenos” y de “los malos” (esto entre comillas, por supuest), las películas de horror y de ciencia ficción. Todo esto se puede ver en el detalle que le ponen a los gráficos: cómo se transforma tu personaje principal cuando come demasiado, por ejemplo, o cuando recibe la maldición de una momia. También es muy disfrutable la secuencia del avión contra el ovni, la pelea contra uno de los jefes que parece salido de una película de Stallone o bien, incluso poner un poco de atención al detalle de los enemigos comunes o de los objetos en pantalla. Metal Slug es un trabajo de perfección en cuanto a diseño e insisto, no pierde oportunidad para afinar el humor paródico o irónico en cada esquina. Es adorable que rescatar a un animal de miles de puntos mientras que recuperar una medalla sólo de unos cientos. El sutil mensaje pacifista me parece curioso y no menos que, y espero puedan perdonarme la palabra: chingón.
¿Lo recomiendo? Sí. Muchísimo. Sobre todo si nunca lo han jugado. Se supone que pueden jugarlo en modo cooperativo con algún amigo en internet. No he probado eso, pero también pueden jugarlo en modo local. Si quieren un reto, pueden jugarlo con créditos limitados y tratar de hacer un speed run, verán que no es nada fácil. Metal Slug, a pesar de sus pequeñas fallas, todavía es un juego memorable, diría que casi inmortal. Sin embargo, trascendió a sus mismos creadores y ellos, sabiendo eso, siguen forzándonos a comprar los mismos productos de hace diez, quince, veinte años. Queda de uno si quiere seguirlos apoyando, o si prefiere dedicarse a otros juegos o buscarle por otro lado.
Aquí un breve Let’s Play y una reseña: