Ojalá Onetti pueda perdonarme por jugar con su título para hablar de un videojuego, pero es que tantos first person shooters han tenido motivos infernales o satánicos que a veces me es imposible separar la nostalgia de lo demoniaco y combino ambas cosas. Una larga procesión de ángeles caídos, barones infernales, monstruos alienígenas, mutantes y zombies huelgan en mi memoria.
Y resulta que a pesar de ello, aún hay sorpresas. En el 2004 salió un juego llamado Painkiller. Doce años después, llegó a mis manos y pude jugarlo. Mientras vagaba por sus escenarios europeos y colmados de monstruos, no pude menos que sentir la nostalgia de jugar algo que nunca tuve. Ese juego también habría sido perfecto para calmar los dolores y las frustraciones de mi adolescencia.
Painkiller es un juego que lo encontrarán de cajón en algún bundle de halloween o con descuentos increíbles para el día de muertos. Es un FPS de acción brutal, muy al estilo de Serious Sam. Tiene un bestiario bastante diverso y pocas armas (cinco), pero cada una de ellas tiene mecánicas interesantes y diversas. El juego principal consta de veinte a veinticinco niveles y si compran la black edition (creo que la única disponible en Steam), tendrán diez niveles extras, dos armas y un montón de enemigos nuevos. La música es metal y va de acuerdo a la acción desbordante del juego. Muchos escenarios exigen velocidad y precisión, y entre más difícil pongas el juego, más necesitarás dominar ciertos elementos avanzados de un FPS (saltos laterales, precisión con armas de una sola bala, etcétera).
Los escenarios son un trabajo apasionado: las texturas son perfectas, talladas con dedicación y paciencia y la arquitectura de los niveles es precisa, divertida y en ocasiones laberíntica. Puedes sumergirte perfectamente en el juego. Niveles memorables: La casa de Opera, el asilo y el infierno, aunque todos tienen lo suyo. El juego usa de una manera muy eficaz (y creo que fue de los primeros) el motor de física de Nvidia (Physx) y en su tiempo fue muy laudado por ello. Pues no decepciona. Pude jugarlo sin problemas en mi PC con Windows 10. El único inconveniente es que todavía te pide instalar GameSpy y bueno, GameSpy lleva muchos años en el limbo tecnocrático de los startups muertos.
La historia es convencional, normalona, pero dentro de lo que cabe tiene sus diferencias con historias del tipo. Aunque estereotípica, es un poco más arriesgada y eso me gusta. Hombre violento es revivido por un ángel del cielo para cazar las huestes infernales y destruir los ejércitos de Lucifer a cambio de ver el alma de su esposa una vez más. Supongo que ya se imaginarán para donde van con eso y si no, pues no se los arruino, quizás la historia les ofrezca algo distinto. El juego tiene bastante jugo de dónde sacar y puede ofrecer muchas, bastantes, horas de diversión para los necios y quienes gusten de completar las cosas pero… si yo no lo hice, es porque no tiene la facilidad de los logros de Steam entre otras cosas. ¿Lo recomiendo? Obviamente. Este fácilmente pudo haberse convertido en uno de mis FPSes preferidos de la vida, de la nostalgia, de todo.