• Uno de mis géneros preferidos de videojuegos, en los noventa, eran los RPG. Eran los únicos juegos que me contaban una historia y que además, se destacaban por su extensión. Para un niño que siempre estaba amenazado por los peligros de la ciudad, como los robachicos, los autos y los misteriosos vendedores de droga que enganchaban a los inocentes regalando su mercancía de ácidos en forma de tazos, debo admitir que un RPG era una agradable manera de vivir una aventura sin los mentados peligros.

• Los RPG, como muchos otros géneros, han mutado a híbridos de mundos abiertos. Parte del encanto de los 8 y 16 bits, como lo he dicho muchas veces, es que el jugador debía poner de su imaginación para transmutar esa realidad pixelada, incompleta. Y la imaginación, claro, tiene un potencial ilimitado. Hoy en día, mundos tridimensionales y texturas de alta resolución buscan llenar esos vacíos. Las historias y los escenarios, aunque son más exigentes, se han vuelto paradójicamente más predecibles.

• Breath of Death cuenta la historia de cuatro pixeles encantadores: Dem (el esqueleto guerrero y héroe silencioso pero que tiene un subtitulador), Sara (la fantasma historiadora que lee sólo la mente del protagonista), Lita (la tecno-vampira cazadora de reliquias) y Erik (el príncipe Zombie con acento romántico). Juntos empezarán una aventura de buscar tesoros y culminarán, como suele suceder en estos juegos, en la misión de salvar o destruir su mundo. El escenario es un mundo fantástico post-apocalíptico de no-muertos.

• Hay humor de buenas intenciones en la historia. A veces es suficiente. Otras veces es muy baboso. Y si uno está dispuesto a revivir la nostalgia de días más sencillos, es posible perdonar la malos chistes e incluso reírse con ellos. Lo mejor, quizás, son lugar múltiples referencias a videojuegos clásicos: Final Fantasy, Chrono Trigger, Breath of Fire, Dragon Quest, Earth Bound, Mario, Mega-Man y muchos otros.

• El juego es breve. Durará de tres a cinco horas, máximo. La dificultad está bien balanceada y ostenta un novedoso sistema de grinding, donde el jugador puede decidir si se avienta el mínimo de batallas requeridas de una sentada para después dedicarse a la exploración. El mapa del juego no es complejo pero es más grande de lo que esperaba. Tiene un calabozo secreto no tan secreto pero es parte del humor del juego. El nivel tope es 30, puedes seguir subiendo de nivel pero no encontrarás más habilidades o atributos interesantes que subir en los personajes.

• ¿Lo recomiendo? Sí. Creo que es una buena compra si gustan del humor simple, los juegos indies e inspirados, los productos con alma y corazón, y los RPG de antaño. Aunque su extensión puede desencantar a algunos, su precio económico lo justifica y aunque la rejugabilidad es casi nula, es como leer un cuento familiar, o un cuento perverso de hadas. Tuve un problema para correrlo en Windows 10 pero Google lo respondió rápidamente. Siempre me alegra encontrar estas pequeñas gemas que reviven la alegría de tiempos más sencillos.

Hice un Let’s Play de este juego. Puedes verlo aquí: