- Algunas veces me preocupa que los pixeles dominen el diseño de los videojuegos indie por la flojera de producir algo más elaborado. Es cierto que muchos de nosotros, la mayoría de los millennials, crecimos con los pixeles cual si fuera un movimiento estético y por un ataque a nuestro pasado, sonreímos melancólicos (Ay, ay, ay) cuando un impulso posmoderno convierte o produce más pixeles como un statement en contra de nuestra era y su facilidad para las texturas de alta resolución y los sonidos de cuatrocientos canales. Por eso procuro ser más cauteloso cuando juego, otra vez, un videojuego más inspirado en lo retro.
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Pero también sería necio de mi parte ignorar una verdad muy simple: la sencillez de los pixeles da libertad a los diseñadores, creadores y programadores para enfocarse mejor en la estructura, la narrativa y la jugabilidad de un producto cuando su diseño es más fácil. En el caso de Gunpoint, los pixeles ganan.
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Gunpoint es un videojuego de espionaje y acechamiento. Juegas el papel de un espía freelancer que posee un prototipo de truzas especiales que lo hacen saltar muy alto. En el preciso instante que estás probando tu nuevo juguetito recibes la llamada de una clienta: Selena Delgado, quien no tiene tiempo de contratarte porque tu doble malvado la mata. Así empieza una interesante historia de enredos entre dos empresas que venden armas en un futuro curiosamente optimista, pues las armas fueron prohibidas legalmente.
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Cada nivel es un acertijo de saltos y de circuito, descubrir la manera óptima de evitar a los guardias, buscar las pistas, abrir puertas y elevadores, y llegar al objetivo. El juego es muy fluido y cada sitio parece tener más de una respuesta. No es muy difícil en su nivel normal. Probablemente adolece de breve y su brevedad no me invita a seguir pensando en sus posibilidades y sus mecánicas. Aunque hay muchos cachivaches para dárselos al espía industrial, yo sólo ocupé los que exigía la historia y puse los puntos para mejorar las dos habilidades principales. Quizás los cachivaches existen para la diversión y los destrozos. Ah, por cierto, tiene editor de niveles y galería de niveles creados por otros usuarios.
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El videojuego en historia, coquetea con lo noir, la novela negra. Entre misión y misión hay pedazos de historia y tú decides qué preguntar y qué tipos de respuestas dar. El personaje principal se divide en tres tipos gracias a esa gracia: el pragmático, el cínico y el bufón medio cínico e idiota. Aunque la historia tiene una buena estructura, los diálogos a veces chafean y es bastante visible en las pocas opciones que tiene el jugador para darle una voz al personaje. Pero el misterio me pareció bastante bueno. Nota: El juego me engañó, o me engañó yo solito, pues creía que se trataba de una historia de decisiones, pero nada de eso.
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La música y los sonidos obedecen al género y son bastante ricos para darle gran profundidad al juego. En eso no escatimaron. Sugiero que vean los créditos de los sonidos. Son muy entretenidos, reveladores incluso.
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¿Lo recomiendo? Sí. Aunque para algunos puede parecer breve, creo que es una buena opción para quien busque un misterio, un juego de espionajes o de sombras. También es uno de esos juegos inspiradores de pixeles y de asesinatos.
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