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Si no me equivoco, el primer juego de LEGO al que dediqué unas cuantas horas de mi vida, fue el de Star Wars. Ignoro cuál fue primero: si ese o el de Indiana Jones. También tengo pereza (y algo de vergüenza) por contar los años. Quizás… ¿quince? Lo simpático de aquellos juegos, sin embargo, era su niñez. Parecían burlarse de la franquicia, los actores, los fanáticos, de sí mismos, mientras que vendían, como un comercial animado e interactivo, un producto derivado y licenciado de la historia original. Era perfecto. Y como todo lo perfecto, empezó a generar una cuantiosa cantidad de fanáticos y de más juegos.
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También es un sueño para los desarrolladores, pues si tienen un motor bien hecho, simplemente hay que cambiar las vestiduras y un poco de los niveles, y si son hábiles, pueden tener hasta dos o tres juegos preparados al año. Vaya. Es envidiable. Por eso mismo, quizás, han invertido un poco en producir historias y traer actores de voz.
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Otra cosa que caracteriza a los juegos de LEGO es su amabilidad con los jóvenes jugadores. No sólo son divertidos, pero también son una manera excelente para satisfacer el impulso de los recolectores y los completionists (dudo si hay una palabra en español. Urge. Pero tengo miedo de poner completionista). A su vez, son el sueño de un padre, pues un juego de LEGO es una excelente manera de decirle al niño: “No te compro otro juego hasta que acabes este… al 100%”. Cualquiera sabe que esto último puede ser una bendición, un trabajo, un tedio o una tortura.
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A pesar de que disfruté LEGO MARVEL durante varias horas (la estructura del juego no difiere de otros juegos lego), en esta ocasión me parecieron demasiado evidentes las ansias por incluir los comerciales. Hubo una constante, y poco brillante, mención a cada una de las películas habidas y por haber de superhéroes en los últimos… siete, ocho años. Quizás más. Faltaba, por momentos, incluir promociones de los DVDs o de las descargas en línea de todos los productos para que el espectador se diera una idea. Puro wink, wink, a las películas y sus actores, y poco amor a la rica mitología que MARVEL ha construido durante aproximadamente medio siglo. Al menos, cuando LEGO hacía sus juegos sin voces, y los personajes sólo hablaban con caras y gestos, los chistes eran meramente simpáticos.
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Claro, la rica variedad de personajes y una que otra mención a viejos resquicios del universo Marvel, están ahí para complacer a algunos de los fanáticos más rigurosos (el personaje de Viper, por ejemplo, el pequeño Galactus o las menciones a la tierra Salvaje, o el asteroide M). Pero son tantos los comerciales que estos pequeños respiros mueren y se infectan de un humor forzado, vano.
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Pero donde el juego falla en historia, excedió mis expectativas en cuanto a imaginación y sandboxing. La variedad de personajes ofrece equipos interesantes, como si de jugar con muñecos se tratara, y pasear en Nueva York con tus héroes preferidos es algo gratificante. La música está sabrosona. Los chistes de los ciudadanos son un poco más graciosos. Los túneles, los callejones, los techos, todo ofrece algo que mirar o que obtener. LEGO definitivamente se benefició con esta mejora: el mundo abierto.
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La estructura del juego es la misma que de otros legos. Si nunca han jugado alguno, es muy sencillo: variedad de personajes con distintas habilidades, posibilidades y restricciones, hacen equipo para armar y destruir el mundo a su alrededor y seguir avanzando. Durante quince niveles, en la historia, usa a un equipo determinado de principio a fin y, más tarde, en modo libre, regresa con otros personajes para descubrir todos los secretos ocultos. Me gustó la variedad de niveles, quizás mi preferido es el del Laboratorio Osborne y la aparición de Venom, aunque el Asteroide M también fue de mi agrado.
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La jugabilidad es normal, sencilla, de una calidad bien practicada. Es agradable pasear con los personajes alrededor de Nueva York. Ir de un punto a otro es… rápido, no importa a qué personaje uses. Sin embargo, el vuelo es frustrante (y tanto, que hay muchas misiones de vuelo y de carreras que dejé sin completar) y columpiarse con Spider-Man es un dolor de huevos. Si no te mareas, literal, te dolerán los huevos.
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¿Lo recomiendo? Sí, como recomendaría cualquier otro juego de LEGO. Son una agradable manera de pasar el rato y de visitar viejos personajes, verlos en un mundo alterno. Quizás primero recomendaría otros (Lord of the Rings, Harry Potter, Star Wars), pero el mundo abierto de este juego es muy atractivo. No lo recomiendo para verdaderos fanáticos de MARVEL, pues aunque es de esperarse las burlas de LEGO en cuanto a la historia, se enfocan más en los productos de las películas y cierta estabilidad… se pierde. Sugiero, quizás, mejor comprar este juego cuando esté en oferta.
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