• Las novelas visuales son mi gusto culpable, casi nunca espero nada de ellas y la mayor parte de las veces me sorprenden de una manera u otra; ya sea porque son malas y las carcajadas abundan, ya sea porque genuinamente me atraparon con una historia y una vida simulada para salir con la chica de mis sueños, o un chico, o una paloma.

  • Punto aparte: pueden pensar lo que quieran, pero es sabrosísima la desfachatez del género; depende del juego, aborda no sólo aspectos de simulación, pero también variantes literarias como la novela rosa, la ciencia ficción o cualquier otro género especulativo. La novela visual y su interactividad apela a una poderosísima imaginación creadora. Ya queda de los autores si tienen el arrojo para manejarla.

  • Asphyxia trata de unas muchachitas en una escuela de sólo mujeres. La principal: Samantha Taylor Coleridge tiene unas horas para recuperar la amistad de Wordsworth. Claro, los nombres me hicieron ruido y llegué a pensar que eran gratuitos. Después aparecieron otros apellidos familiares: de Quincey, Hope, Byron, Shelley. Mi ñoñez hizo click. Asphyxia es un juego que transforma a los poetas clásicos en muchachas y te enseña de su vida, sus inquietudes y sus relaciones a través de esta novela visual. Digamos que es medio educativa. Al menos el chisme lo tiene claro. Mi ñoño interior (el pedazo que estudió letras inglesas) gritó de emoción.

  • Es una novela visual espesa, muy distinta a las facilidades del género. Tiene un amplio vocabulario y no esconde, para nada, el ánimo lacónico de los romanticistas de la época. Con frecuencia hace alusión a lo sobrenatural, a las drogas, a la muerte, al suicidio. Tiene momentos francamente difíciles y pesados. Quizás el autor se dio cuenta que no había manera fácil de rodear o suavizar los temas y prefirió sumergirse en ellos. Sugiero jugar Asphyxia (sí, desde el nombre) en sesiones breves para disfrutar mejor la ambientación y los diálogos. Mención especial a Byron: sus diálogos siempre, siempre, son encantadores, un verdadero deleite.

  • No hay traducción al español, lo cual es lamentable, porque me parece una excelente novela visual. Me gusta que está fuera de lo común y aborda sin temor los temas que se propone. En los extras viene una explicación sobre el origen de los personajes y sus relaciones, para saber de dónde viene cierta tristeza y necedad de los personajes. Los diseños de los personajes son dulces y sensuales. La música es un excelente apoyo para los diálogos.