• Aunque tuve una Atari cuando era niño, estos juegos apelaron a gente una generación arriba de la mía. Sí, bueno, reconozco los fáciles: Asteroids, Centipede, Yars Revenge. Quizás no fueron la fundación para construir esa parte de mi vida (los videojuegos), pero fueron una ventana por la que me asomé mucho tiempo. Algunos de estos juegos dieron la pauta a mi necedad por explorar realidades virtuales gracias a que mi familia los jugaba y trataban de enseñarme otra manera de imaginar. Es en estos pixeles donde inician muchas historias que hoy en día inquietan a la humanidad contemporánea.

  • Lo atractivo de la Atari Vault es el trabajo de “modernizar” estos videojuegos. Sí, bueno, siendo francos, cada vez es más raro encontrarlos en su estado más puro y quizás eso nunca sucederá: monitor de cátodos, consolas de madera y joysticks asombrosamente frágiles; pero hoy en día sobran las opciones para explorar estos juegos y no están de más las propuestas para permitir que su memoria siga perpetuándose. Después de jugar ociosamente varios de estos juegos durante unas horas (y también, por qué no, en otras vidas, en el pasado), encontré que la Atari Vault es una manera agradable de perder el tiempo.

  • No es para puristas extremos pero servirá para el gamer casual: Con Atari Vault puedes usar control de Steam, tiene modo multiplayer (local y en línea) y puntajes de Steam. La selección de juegos (son 100 en total) va desde lo más común hasta lo más extraño. Faltan algunos juegos que son icónicos pero seguramente había legalidades infranqueables en esos aspectos. Creo que de los modos para resucitar videojuegos y vender software viejo, este es uno de los más elocuentes y más jugosos que he visto. Ojalá todos tuvieran el cuidado que tuvieron los chicos de Code Mystics para resucitar a los muertos.

  • También, claro, no sólo compras los juegos sino un pequeño museo de Atari. Muchos de los juegos incluyen imágenes promocionales y portadas para darse un quemón con lo sabroso que era la publicidad de Atari en aquel entonces. Quizás, para entrar en sintonía con este “bundle”, sería recomendable ver los documentales que hay en Netflix sobre los juegos de aquel entonces: Game Over (2014) y Man vs. Snake (2015). Atari es un momento de la historia que jamás puede repetirse pero sigue afectando la memoria y los actos de la gente. Fuimos niños que podían aceptar las injusticias del mundo porque tuvimos en nuestras manos el control de los mundos ajenos.