Compré este juego porque me recuerda uno viejo, viejísimo de PC donde las piezas eran caricaturizadas y al momento de comerse las unas a las otras, había una animación que detallaba una batalla cruel. Por ejemplo, la torre tomaba a la reina y se la comía literalmente de un bocado; caballo vs. caballo: los dos caballeros se cortaban los miembros con las espadas; los peones se ensañaban con el rey cortándolo a pedazos y así un mundo de chistoretes clasistas y sanguinarios que poco tienen que ver (o, mejor dicho, queda en el terreno de la imaginación) con la elegancia de las piezas talladas en madera.
Pero bueno, de ajedrez tengo otro recuerdo: un hermoso libro ruso que pertenecía a mi madre y tenía varias ilustraciones que representaban la idea de este juego a lo largo del mundo. Recuerdo inevitable: en ese libro vi por primera vez la idea del mundo plano (un tablero dicromático) que descansa sobre cuatro elefantes y una tortuga. Por eso mi idea del ajedrez siempre ha sido un poco más desmadrosa y fantástica, y supongo eso me enseñó o educó la capacidad de divertirme con la estructura a pesar de los medios.
Regresando a Battle vs. Chess, la idea es la misma: piezas animadas y tridimensionales ocupan los tableros. Hay opciones para vestir las piezas, el tablero y los fondos. La inteligencia artificial tiene por defecto una dificultad interesante y suficiente para todos los amantes del juego (principiantes e intermedios y supongo puede ajustarse para grandes maestros).
Donde Battle vs. Chess realmente se divierte es en los retos y los modos adicionales: piezas aleatorias, acertijos basados en el movimiento de las piezas y tableros limitados. Otra razón para echarle un vistazo a este juego: por fin le quitaron el asquerosísimo DRM que pedía una serie kilométrica de datos para su activación y es multiplataforma (PC, Mac, SteamOS y Linux). En mis ratos libres lo he jugado un par de horas y no he encontrado defectos pero, claro, debe tomarse en cuenta que este ajedrez es demasiado vestido y podría ser demasiado para los verdaderos amantes del género. Aún con sus bondades, difícilmente reemplaza la sencillez de un tablero pero lo mismo podría decirse del papel y del lápiz, o del ajedrez nativo de Mac.
¿Lo recomiendo? Sí. He disfrutado bastante las gráficas, la dificultad y uno que otro reto. Battle vs. Chess además despertó las memorias de mis primeros juegos de ajedrez, aquellos que me iniciaron no sólo en el mundo de los videojuegos y los juegos en general, pero también fueron una parte fundamental para mi manera de razonar y ver buena parte de la vida.