Beneath a Steel Sky
Buscan su destino quienes progresivamente se vuelven humanos
Beneath a Steel Sky es una aventura gráfica producida por el estudio Revolutions en colaboración con el grande Dave Gibbons (Doctor Who Weekly, Watchmen). Por eso el cómic es muy importante para adentrarse en esta historia y también explica, en cierto modo, porque el cómic empieza con un tono (supervivencia, seriedad) y el juego adquiere otro (humor negro, a veces tonto y autoreferencial del género). No es queja. La historia no se tambalea por ello, pero sí revela matices que pueden ser extraños o ajenos en una historia del tipo.
Eso explica el detalle minucioso de los escenarios (claro, conforme lo permite una pantalla de los noventa), los cuales te introducen en el escenario futurista post-apocalíptico donde ocurre la historia y quizás también por la presencia del coloso Dave Gibbons, los artistas de pixeles sintieron una obligación por construir animaciones fascinantes. Recuerdo específicamente a un gato el cuál se levanta de la cama y camina a un dispensario de comida para alimentarse, sólo con ese detalle tan trivial podemos apreciar la calidad que desborda el juego.
La historia es sobre un muchacho (Robert) que es secuestrado de una aldea de aborígenes por unos militares para llevarlo a la ciudad de acero. El helicóptero cae en un accidente y ahora Robert debe descubrir cómo recorrer los niveles de la ciudad para encontrarse con LA VERDAD: por qué está ahí, dónde están sus padres, quién decidió interrumpir su vida mediocre pero satisfecha. Muy parecido, tal vez, al héroe clásico: Skywalker pero con sus rápidas divergencias. Robert es acompañado por un robot paranoico (Douglas Adams la obvia referencia) que a lo largo de la historia, cambia progresivamente y desafía su momento en la ficción para convertirse en el único personaje realmente dinámico.
Los otros personajes cumplen su papel maravillosamente y aunque tienen sus desafíos, no rompen de todo el molde: el héroe (sí, los héroes están casi siempre condenados), los antagonistas, los secundarios amables y miserables, la mujer que no necesita ser rescatada, los irlandeses cronistas del desasosiego y del hombre común. Como la historia se mueve al cyberpunk, sus estereotipos rápidamente se rompen en virtud de la historia y explota sus sorpresas (el rol de la individualidad, la vigilancia absoluta, la fusión del hombre y la máquina), y creo que son un excelente ejemplo de cómo construir una narrativa poco convencional rompiendo con las salidas fáciles pero sin entrar en el terreno del absurdo. Todo, siempre, con buen humor y explorando escenarios fascinantes, desde cada uno de las clases distópicas y su modus vivendi, hasta el mundo virtual, colorido e iluminador, el cuál era una fantasía habitual y persistente de la década.
En cuanto a la estructura del juego, afortunadamente todas las pistas tienen sentido y lo único requerido es prestar atención a los diálogos para resolver los acertijos, los misterios y las habitaciones. No encontré ningún acertijo imposible (al menos, con guía, todo me pareció que tenía sentido y no tienes qué, por ejemplo, combinar una pistola con un pez) y todo debería resolverse con usar a Robert como un muñeco de una curiosidad insana (además, recuerden, morir de maneras inesperadas y vistosas es parte del encanto de este género).
Lo jugué con el port de GOG, aunque tuvo problemas mínimos (un mouse demasiado sensible); por ese lado es recomendable un poco de paciencia. No es recomendable jugarlo con touchpad o siquiera intentarlo con un joystick, porque algunos escenarios requiere interacción más o menos rápida. Beneath a Steel Sky es una columna en la historia de los juegos de aventura, así que puede descargarse gratis y jugarlo (ojo: sólo inglés). O bien, puedes conseguir la versión remasterizada para iOS y supongo que también para Android. ¿Lo recomiendo? Sí, es una excelente aventura para un fin de semana. Supongo que tomaría entre unas 4 y 8 horas jugarlo sin guía.