Árboles de expresiones humanas, dragones falsos, plantas gigantes y carnívoras, goblins rastreros y traidores, a dónde quiera que mires, Trine es un hermoso juego de fantasía y coloridos contrastes. Siempre habrá algo de qué maravillarse sucediendo al fondo de la pantalla y el juego, constantemente, te invitará a tomarte una pausa para apreciar los colores, sus contrastes que parecen formar una pintura fantástica con cada cuadro por segundo. El diseño del juego es, por lo menos, sublime y ha envejecido bien en unos cinco años de tecnologías nuevas.

El jugador tiene opción de manejar tres roles, la triada escogida por un objeto mágico, ancestral y sabio, llamado Trine: el mago cobarde y nervioso, el guerrero bonachón y una vulgar ladrona. Cada pantalla del juego es una especie de acertijo que el jugador debe resolver utilizando a alguno de los tres personajes. Sobra decirlo: si uno es paciente y cree en el poder de la física, sugiero enfocar todos los puntos en el mago, ya que es el único que puede construir estructuras que nos ayudarán a completar de maneras sencillas y a veces hasta burdas, los artificios necesarios para superar cada una de las habitaciones y encontrar la mayoría de sus secretos.

En eso, pienso, Trine 2 se parece a los munditos virtuales, basados en los fílmicos, de Lego (o Lego se robó todo de Trine). Llamas al personaje que necesitas para resolver la acción primordial del escenario. El mago resuelve los acertijos a través de física, el guerrero lucha y destruye goblins y muros, la ladrona utiliza su agilidad y su arco para los saltos y los interruptores. En Trine 2 los acertijos son mucho más ricos y complicados que cualquier LEGO, pero tampoco son de una dificultad imposible. Quizás, en ocasiones, pueden ser frustrantes.

En los momentos más difíciles del juego, Trine 2 se las arreglaba para mostrarme una solución a través de necear con la habilidad de algún personaje. Los controles no son malos, parecen de cierta dificultad medida y tramposa; a veces era molesto luchar con ciertos momentos arbitrarios de la física: el viento, el impulso, etcétera. Aunque el mago es el mejor de los personajes para resolver el juego con el menor drama, los otros dos personajes tienen utilidad en velocidad y agilidad. Trine 2 tiene retos donde te limita con un sólo personaje; sobra decir que esto ya es para los más clavados, los más arriesgados complecionistas (éjele, palabra inventada). Trine 2 es un excelente juego que maneja dificultades muy variadas y se las arregla para hacerte sentir que toda solución es un logro.

En ocasiones me enfadaba la música de Lord of the Rings (o Lord of the Dance, en todo caso, a riesgo de despertar la cólera de algún dragón, voy a decir una barrabasada: son lo mismo), pero la voz narrada de los personajes es excelente y las actuaciones te invitan a vivir el breve y fácil cuento de hadas que prepararon como excusa de historia. La narrativa no destaca por su estructura o sus personajes (los cuales, creo, pecan de sencillos), no tiene nada de especial o arriesgado, pero es un cuento muy sencillo con finales simples, personajes bobos y giros amables. Como es fácil encariñarse, quizás también es fácil despreciar Trine 2 por sus cualidades narrativas.

El DLC, el cual ahonda sobre los goblins como antagonistas, francamente se ahorra la historia y parece más bien un chiste alargado que existe para enfadar al jugador, o hacerlo reír, depende cuánta compasión sienta por el mago cobarde y cuán interesado esté en las reacciones de sus compañeros. Lo especial del DLC y donde realmente destaca, el cual está incluido con el Complete Story, es en la complejidad de los acertijos y los elementos nuevos que entran en juego: electricidad, jugos gástricos, ciudades aéreas. El juego base se siente flojo porque, sí, al final, si tienes paciencia, sólo necesitas al mago para resolverlo todo pero el DLC exige más participación de los compañeros.

Por alguna extraña razón, pienso en las cientos de muertes de los personajes y si hay alguna razón dentro de la historia por la cual reviven. A saber, quizás habría que jugar el primero para descubrirlo y dar una justificación narrativa a los cientos de muertes de los personajes ya que las muertes son visualmente y auditivamente sádicas: los personajes se rompen, se quejan, lloran si cometes un error. Dejando eso de lado, Trine 2 no es un videojuego castigador. Cuando pierdes a los tres personajes, sueles revivir un máximo de tres pantallas atrás para intentarlo de nuevo y sin necesidad de rehacer las estructuras o los movimientos que ya habías empezado para resolver el escenario.

Tiene juego en línea pero jamás me asomé para saber en qué consistía. Supongo que resuelves las pantallas con unos cuates.

¿Lo recomiendo? Sí, creo que es un juego de plataformas sencillo, hermoso y dinámico. Genial para pasar el rato y si uno logra encariñarse con este trío de mensos, puedes animarte fácil a resolver los retos más difíciles. Pienso que la física de Trine 2 es un poco caprichosa, pero tampoco le hace mal.