Yo ya mastico los alacranes crudos, mijo. Ya lo que sea para salir de esto. Pongo polvitos de víbora al agua de limón. Pos sí, ¿verdad? A ti te chingaron. Mira cuántos te van a meter. Se me fue una pierna pero aquí sigo. Aquí sigo. Saliendo mi bachita, mijo. Hace dos años nadie creía que iba a salir de esto. En la pierna, chingue a su madre. Me quitaron una pierna. Y después nada, y después nada. Un día me encontré una bolita en la espalda y me dije: sus mamadas, ya regresó. Voy con los doctores y ahí me tienes explicándoles. No qué va a regresar, es un lipoma. Un lipoma madres. Sácalo de ahí y ve lo que es. No seas así. Pues sí, ¿verdad? Así me dijo el doc. A ti te chingaron. Ve nomás, te toca el rojo. No quiero el que tú tienes. ¿Aquí vas a estar un buen rato, verdad? Nombre, yo nomás una hora y me voy, tú vas palargo. Pero sí me hicieron caso, ¿mira? Y sí regresó. Ya cualquier chingadera que te da, cómo no te vas a acordar. Cómo no te vas a conocer. Cómo no vas a saber. Cómo no. ¿Quieres de mi agua?

Dile al señor si tengo o no buena mano, Agustín. ¿Ya ve? Tengo la mejor mano de todas. Sí, a veces es muy difícil. Debo tomar vacaciones cuando puedo. A veces los vemos seguido, y algunas veces, al día siguiente, pues ya no los vemos. A ti te inyecté el primer día, ¿verdad? ¿Sí estás seguro que esta es la última? Pregunta bien. Luego se ilusionan y no es así. El frío es culpa del rojo, el dolor es culpa del grande. No lo aguantan los pacientes. Tus venas ya están duras, no olvides esa vitamina E, por favor, ya están un poco duras y con algo de crema y vitamina E, vas a estar mejor; deberías pedir un portacat si vas a venir mucho tiempo. Así te ahorras muchos problemas en las manos. ¿Ya vio que sí tengo buena mano? Es la mejor de todas. ¿Qué? ¿Nos vas a invitar a comer? Bueno, pero mira, a mí me gusta el spaghetti, y el arroz, y pido doble guarnición de chayote y un día los vemos y otro día ya no, y nunca sabemos cuando hará reacción aún cuando hacemos todo lo posible. Este es mi chamaquito más grande, este es el menor y este es mi perrhijo, se llama Roco, me gusta mucho correr con mis chavos pero hace mucho que no lo hago; al mayor le digo que no se vaya a las marchas de la UNAM, porque ya mero acabas, mijo. Ya mero acabas.

Te voy a contar que es el reiki para ver si quieres una sesión. Mira que eres un pedacito de energía, y un día ese pedacito de energía toca a los otros y al día siguiente no. Un día te mueres y ya, a dios no le importas. Bueno, no es que no le importes, es que está muy ocupado con otras cosas, dios es un señor ocupado, ¿verdad? Pues cómo no, es el arquitecto de los cielos, del universo, pero si tú enfocas tu reiki, y eres una buena persona, y haces lo mejor posible, abrirás una vía para que dios te escuche y el reiki te permitirá esa iluminación especial para que puedas estar en contacto con el universo y, usted qué me va a decir si quiero hacer a los chamacos llorar o no; ¿cómo se llama? Ay, el Agustín qué no está comodín, ¿verdad? Pues rezar le haría falta, ¿eh? Si les falta un brazo o una pierna, eso no importa si dios puede glorificar su vida y si dios abre el universo del reiki para darles un espacio en el cielo porque un día te toca y te mueres y ya, dios no escoge a quién le va a dar cáncer, para nada, porque pone pruebas, mijo, pone pruebas y unas son más duras qué otras y si tienes buena mano, puedes inyectarte el polvito de salamandra tú solo y no tienes qué preguntar si esa bolita en la espalda es el regreso.

hola-quétal-amigos-soyvane-sagalán. Cómo te va, amigo Agustín, en qué piensas, cómo te está yendo, qué pulgones te están comiendo las orejas, te acuerdas cuando éramos jóvenes y yo era una adicta a la coca y tú un pendejo siempre atrás de la cámara. Me mandaste a la escuela de actuación, ¿te acuerdas? Me pasaste número y todo. Me dijiste que aprendiera a dominar mi acento, que necesitaba hablar mexicano si quería mejores trabajos. Qué amable. ¿Ya olvidaste? No has olvidado nada, ya ves, porque doce años después, aquí te veo, bien sentadito, bien canalizado, recibiendo este cóctel rojo y este cóctel blanco, y muchos otros líquidos más, sanación en ciclos, mientras yo bailo y juego a las palabras y las nalgadas con mis compañeros y deleito a los pobres infelices de todas las salas quimioterapéuticas de México. ¿Ya olvidaste tu dolor? ¿Ya olvidaste tu dolor?

Algún día, sé sincero, ¿te olvidarás de mí?