My name is Nico. I’m a basset hound, but also I’m a quantum walker, a realm vagrant. I dig tunnels with my big paws to travel between worlds, parallel universes. I can’t time travel like my favorite Doctor, so death is a certainty, but it’s okay. This old shit has to end some day. I’m like a hundred years old. I’m the oldest Nico of them all.

I have seen a lot of stuff during the years. I have seen myself in every age, with different spots and different colors, but my ears are always big and beautiful. I have seen myself as a cat but also as a dragon and as an axolotl. I have seen myself old and young, a weirdo basset puppy, cheating the devil in every corner. Trust my teeth, they can’t draw blood, but I will use them to protect you. I am a legend but also a hidden truth of random universes.

My nose drives me. I gamble my life when I find interesting smells because my nose compels me to look for adventures and reveal the truth behind ‘em. The only way to live is by gambling your life. My distant relative, Argos, lived by that stand. My nose will always reveal a path in every universe where there is something delicious to eat. It just might be worth dying.

I have eaten dung beetles, jacaranda radical dreamers, goblins, tiny salsa dancers, smiling skeletons, chaneques, mom’s sandwiches from various universes, old horses, broken sugar dolls, onion samurais and the stuff that comes out of your ears. Yummy!

Sometimes I’m so fucking tired. I have seen a lot of stuff, am I repeating myself? My memory isn’t what it used to. Did I swear? Oh my, sorry. But I ain’t a lady, am I? Should I? I’m two hundred years old, and one hundred of them have turned me a little loca, haven’t I told you? I’m also a little bit of a liar, but I’m a funny liar. I lie out of happiness. I lie to chase your smile.

My human used to tell me he loved me because I am a buffoon, but also I’m the thief and the cheater. I would gamble my life if I could find a tunnel to see him one more time. I miss jumping over him, like a Mexican wrestler, and then lick his face and sing to him. I would give everything to do that. I’m a pretty good singer.

You see… it doesn’t matter how many Nicos there are, each one of them has its own human. Each Nico and each human are unique and although looks can be deceiving, my nose will always find the truth. I can’t take the place of one of my doubles because my nose wouldn’t stop itching. If I lie, it has to be out of happiness. I can’t take someone else’s place. I can’t. I’m cursed to keep roaming worlds until I find a happy home which doesn’t exist anymore. I’m okay with this. I can walk. I will keep walking until everything ends. Some say universes will end first than this old happy dog.

I have travelled to a pink maze where my doppelgänger was cursed to walk alongside the lost and the vagrant. I have travelled to a dark pixellic world where a double of my human chose entropy alongside the one he loved. I have travelled to a green and dark forest where humans are a rumor and forest spirits sing lovely songs that heal the pain in my bones. I have travelled everywhere. I’m the everydog.

One of my favorite realms is some other Earth, where a Nico and my human walk everyday. She’s old, her bones are starting to crumble, just like mine. They can’t walk like when they were young anymore, their routine is broken. He wishes she could live forever. Love is believing, but love also has the power to break hearts and destroy its own beliefs. Dog and human are linked in life and death. As it is destined, they have started the ritual of the long goodbye.

I’m old and I have seen a lot of shit. I’m four hundred years old. My bones hurt so much and no spirit, no song, can heal death. I have eaten pizza from every realm, and tortillas, and dust made from stars. I have made a tunnel that forks into a black hole at the end of the universe. I have seen how time eats gravity and smelled the true beauty of cosmos.

It’s time. I will dig a last tunnel. This one goes way down, to Death’s home, the final darkness. It’s time to look at the Reaper’s eye and tell him the best story he’ll ever hear: how this dog cheated every maze, how this dog won every prize, how this bitch multiplied in every quantic variable because she found a cosmic string, the whole truth. I’m mad with life because I have smelled everything, I have smelled forever.

Join me one last time, I will take a world, I will jump to the next, I will track his soul and steal it away. We will walk everywhere, we will walk forever. Yes, you, let us go you and I. Be my yellow cat. Will you give me something to eat? Will you rub my belly and bite my ears? Will our story make us truly happy? Will you stay by my side while I cheat Death and make our long goodbye last almost forever?

Mi nombre es Nico. Soy un basset hound, pero también soy una caminante cuántica, una vagabunda de reinos. Excavo túneles con mis enormes garras para viajar entre mundos, universos paralelos. No puedo viajar en el tiempo como mi Doctor preferido, así que la muerte es una certeza, pero está bien. Esta mierda debe terminar algún día. Tengo como cien años. Soy la Nico más vieja de todas.

He visto muchas cosas a lo largo de los años. Me he visto de todas las edades, con diferentes manchas y diferentes colores, pero mis orejas siempre son grandes y hermosas. Me he visto como un gato pero también como un dragón y un axolotl. Me he visto vieja y joven, un cachorro de basset extraño, que engaña al diablo en cada esquina. Confía en mis dientes, no pueden sacar sangre, pero los usaré para protegerte. Soy leyenda pero también la verdad oculta de universos aleatorios.

Mi nariz me dirige. Apuesto mi vida cuando encuentro olores interesantes porque mi nariz me obliga a buscar aventuras y revelar la verdá’ detrás de ellos. La única manera de vivir es apostando tu vida. Mi pariente lejano, Argos, así vivió. Mi nariz siempre revelará un camino en todos los universos donde haya algo delicioso qué comer. Y podría valer la pena morir por ello.

He comido escarabajos de popó, soñadores radicales de jacaranda, trasgos, diminutos bailarines de salsa, esqueletos sonrientes, gremlins, los sándwiches de mamá en distintos universos, caballos viejos, muñecas rotas de azúcar, samuráis de cebolla y la cosa que sale de tus orejas. ¡Rico!

Algunas veces estoy bien pinche cansada. He visto muchas cosas, ¿me estoy repitiendo? Mi memoria ya no es lo que solía. ¿Dije una grosería? Ay, lo siento. Pero no soy una señorita, ¿lo soy? ¿Debería serlo? Tengo doscientos años y cien de ellos me volvieron un poco loca, ¿no se los he dicho? También soy un poquito mentirosa, pero una divertida. Miento de felicidad. Miento para conseguir tu sonrisa.

Mi humano solía decirme que me amaba porque soy la bufona, pero también soy la ladrona y la tramposa. Apostaría mi vida si pudiera encontrar un túnel para verlo una última vez. Extraño saltar encima de él, como de lucha libre, y después lamerle la cara y cantarle una canción. Daría todo por hacer eso. Soy muy buena cantante.

Verán… no importa cuántas Nicos existan, cada una de ellas tiene a su propio humano. Cada Nico y cada humano son únicos y aunque las apariencias engañan, mi nariz siempre me dice la verdad. No podría tomar el lugar de ninguna de mis dobles porque la nariz no dejaría de picar. Si miento, tiene que ser por algo feliz. No puedo tomar el lugar de nadie más. No puedo. Estoy maldita a seguir paseando mundos hasta que encuentre el hogar feliz que ya no existe. Y eso está bien. Puedo caminar. Seguiré caminando hasta que todo termine. Algunos universos terminarán antes que esta perra vieja y feliz.

He viajado a un laberinto rosa donde mi doble estaba maldita a caminar a un lado de los perdidos y los vagabundos. He viajado a un mundo oscuro y pixélico donde un doble de mi humano escogió la entropía junto a la persona que amaba. He viajado a un bosque verde y oscuro donde los humanos eran un rumor y sus espíritus cantan canciones amorosas que curan el dolor de mis huesos. He viajado a todos lados. Soy la todaperra.

Uno de mis mundos preferidos es otra Tierra, donde Nico y mi humano caminan todos los días. Ella está vieja, sus huesos comienzan a derrumbarse, igual que yo. No pueden caminar como cuando eran jóvenes, su rutina se ha roto. Él desearía que ella viviera para siempre. Amar es creer, pero amar también rompe corazones y destruye las propias creencias. Perro y humano están amarrados en vida y muerte. Como está destinado, han iniciado el ritual de una larga despedida.

Soy vieja y he visto tanta mierda. Tengo cuatrocientos años. Mis huesos duelen mucho y no hay espíritu, o canción, que cure la muerte. He comido pizza de todos los reinos, y tortillas, y polvo hecho de estrellas. Construí un túnel que deriva en un hoyo negro al final del universo. He visto como el tiempo se come la gravedad y he olido la verdadera belleza del cosmos.

Es hora. Haré un último túnel. Este va todo el camino abajo, al hogar de la Muerte, la última morada. Es hora de ver los ojos del Segador y contarle la mejor historia que jamás escuchará: cómo esta perra hizo trampa en todos los laberintos, como gané todos los premios, como me multipliqué en todas las variables cuánticas porque encontré un hilo cósmico, la verdad entera. Estoy loca de vida porque lo he olido todo, he olido la eternidad.

Acompáñame por última vez, tomaré un mundo, saltaré al siguiente, rastrearé su alma y me la robaré. Caminaremos a todas partes, caminaremos por siempre. Sí, tú, vamos tú y yo. Sé mi gato amarillo. ¿Me darás algo de comer? ¿Acariciarás mi pancita y morderás mis orejas? ¿Nuestra historia nos hará realmente felices? ¿Te quedarás junto a mí mientras hago trampa a la Muerte y hago que nuestra larga despedida dure casi para siempre?