Los nueve mil desaparecidos
La CNDH exige que el ADN de los muertos sin nombre, se conserve en una base de datos para que, eventualmente, cuando las cosas estén más relajadas, alguien tenga la delicadeza de descubrir el nombre de los muertos y notificar a los familiares que han perdido a alguien. La ONU decidió apoyar la exigencia porque, pues, es de humanos ponerle nombre a los muertos y dar las noticia para que los familiares pue- dan practicar el rito del abandono y del continuar viviendo.
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