…durante el día, es abrir esta hoja en blanco y tratar de hablar de Fest. No. También hay otras cosas, cómo cuando se levanta tres de cinco días de la semana laboral a recorrer el camino que pensó había quedado años atrás y también cuando las deudas de sus tíos, impiden que le den un dinero extra para cualquier emergencia escolar. Fest terminó pensando, ya que este día esta lentamente llegando a su fin, que el dinero siempre sería un problema (tal vez, EL PROBLEMA) y que, aunque sueña con ser millonario como todos los hijos de México, prefiere el pensamiento conformista de tener dinero a la mano para lo básico y un poco más (como todos los hijos de México también). Hoy tuvo que gastar un poco más de un dinero reservado para, por ejemplo, sacar una copia tamaño plano de un mapa, para su hermano, y también, tuvo que comprar trampas para rata y un insecticida. Es una larga historia.
En esas cuatro cosas, desaparecieron cien pesos. Platicando con su tío por messenger le dijo que tuvo que gastar el dinero y un poco por el estrés, había olvidado sacar la carne a descongelar para la cena. Mientras estaba en un OfficeDepot, se le ocurrió si así era como se sentirían los padres, particularmente los amos de casa, con sus hijos… con cierta opresión en el pecho por los gastos, el dinero, conseguir todo lo necesario, que se resbalan las cosas en la cabeza, que ya pasó una hora más del día y no sabes dónde estás, ni cómo te llamas, ni si ya terminaste. Aparte, el mal humor del chamaco, quien tiene la mala maña de ponerse de malas cuando le piden que enumere sus responsabilidades para procurar hacerlo todo más rápido y mejor organizado.
Pensó en que la preparatoria pedía más cosas en esta generación–. Dinero para convivios, dinero para obras de teatro, firmas en documentos interminables de reglamentos, listas y cosos de “enterado”. En cada uno de ellos ha firmado con la A cuyo espíritu interno dice Fest e inmediatamente escribe orgullosa y cansinamente, “Tutor: Agustín Fest”. No es una ardua tarea, tal vez la ardua tarea es leer los documento en sí, y que para sorpresa de su hermano, este le pregunte por qué los lee. Él sólo puede aventar una mirada de alguien cuya madre trabajó varias veces en ámbitos burocráticos y se la vivió demandando a medio mundo. De paso, vive pensando nuevamente, que tenga cuidado y no se sienta como el padre de su hermano, que guarde la distancia, esa delgada línea. Sin embargo, procura no enfriar su amor fraternal. Muchos proceso mentales y sensibles pasan por la mente de Fest, todo el tiempo.
Su tío prometió pagar el dinero.
En cambio, hay otros momentos del día que a Fest parecen hacerlo feliz. Ha descubierto un gran poder en su Pocket PC. Tan sólo hoy en la mañana, después de acompañar a su hermano para que tomara el camión, encontró con gran beneplácito que puede comprimir los videos porno con el Windows Movie Maker y copiarlos ahí para verlos. Pornografía portatil, Dios mío. También descubrió un lector de feeds que le ha gustado por el momento, el A6.Times. Su ritmo de lectura ha aumentado considerablemente con su aparatejo y piensa que ahora, teniendo el lector de feeds, es probable que nunca deje de leer. En la mañana tan sólo tiene que descargarlos y en el transcurso del día o antes de dormir, dedicar un tiempo a leerlos. Los feeds y su libro por supuesto. Si no tiene nada que hacer, más que una agonizante espera, todo se arregla con buscar un Sanborn’s o un Starbuck’s, o cualquier otro establecimiento Wi-Fi. Lo único que le preocupa un poco, es que a la versión Móvil de Opera tan sólo le quedan 8 días de prueba y a su lector de feeds, 14 días más.
No le gustaría buscar alternativas. Ah… esos juguetitos, Fest… esos juguetitos.
Fest tuvo uno de esos mieditos paranoicos hoy en la mañana, mientras miraba a su hermano subirse al camión de ida y pensó, inmediatamente, cómo escribir de ello. Pero también juzga que por hoy ha sido suficiente y qué tal vez, el pensamiento no merezca nada más. Sólo fue eso: un pensamiento. El miedo de un hombre que es tutor de su hermano y uno de sus modelos paternos. No es más. Ya cuando pase hoy y finalmente, llegue mañana, puede que se descubra si verdaderamente valía la pena hablar de ello, o si solamente era un capricho de su mente acostumbrada a sus miedos. Hay mucho por leer, para mañana una serie de ensayos de Octavio Paz y un texto antiguo, Pilgrim Progress.