…que cuando despierte y si se le ocurre pasar por aquí, se dará cuenta que esta en camino y que dormirá, si es necesario, pegado a la puerta de su casa hasta que ella llegue y también, si es justamente necesario, dormirá en el sillón de su casa o tal vez, en el techo de un amigo. Extrañábale tanto que sólo puede decir en enigmas que desea abrazarle, mirarla chiquita en sus brazos y sentir un estúpido deseo de protegerle, porque ella se protege sola y él a veces se siente tan niño, que piensa que es él quien necesita su protección. Tiene cigarrillos suficientes para esperar, o si no, encontrará alguna tienda, piensa medio romántico y cursi que finalmente duermen bajo el mismo cielo, o casi el mismo, y cree que la separación no es tal como para no permitirse ver las mismas estrellas. También tiene un deseo medio animal de apretarle las nalgas, aunque pueda recibir una cachetada por ello, aunque apuesta más por una sonrisa cómplice… porque Fest piensa que eso es el amor–. La complicidad. Cuando alguien deja de ser tu cómplice, es que ya no te ama. Por supuesto, piensa, hay cosas dónde no pueden ser cómplices todo el tiempo… pero en el otro lado, el lado b, con los ojos entrecerrados y una sonrisa de lado, se saben los dos que se quieren y que están dispuestos a morir juntos.