Fest durmió tanto ayer, que lo suyo podría ser declarado un crimen contra la humanidad y es que hoy, al levantarse a las 6 y cacho de la mañana, todavía se sigue preguntando los motivos de haberse sentido tan cansado. Pensándolo un poco, luego los motivos sobran, saltan como monstruos exageradamente frente a uno, algo así como: demasiado estrés, mucho tráfico, las horas que tardó uno en moverse a distintos lugares en un mismo día, algún tipo de depresión, el calor, el frío, las desveladas de toda la semana. Luego le da uno de esos pensamientos desvergonzados, que a su doña abuela le hubiera puesto los pelos de punta: La verdad me gusta dormir, ¿a quién no le gusta dormir? ¿Por qué deseas justificarlo? María Rojas entonces habría sacado una escoba, le hubiera dado una nalgada dura y directa, hubiera apuntado hacia la puerta del baño e inmediatamente habría ordenado-. ¡A bañarse, cabrón! ¡A bañarse! -y es que todo día, que se precie de productivo, empieza con un baño.

Después de bañarse y de prepararse para un día que promete ser aterrador, no sólo por los chiquillos disfrazados, sino por la afluencia de gente deseando mirar el producto de siglos de tradición (se les llama ofrendas, de día, de muertos), ha decidido continuar escribiendo el día de hoy. Después de todo, ayer no juntó el mínimo de palabras requeridas para el NaNoWriMo (1700 palabras diarias) y si su reloj no se equivoca, este día festivo lo obligarán a trabajar menos en sus escritos. Ya por costumbre ajustó la alarma de su celular para que suene en cinco horas, cuándo sabe que a lo más, tendrá tres para trabajar. Probablemente pueda compensar el horario un poco en la noche, pero no puede asegurarlo. Empiezan a sonar las alarmas vecinas, desde aquí puede escucharlas, y algunos perros ladran desde la entrada de los departamentos cuando escuchan los claxonazos y coches mal afinados.

Fest se ha sentido un poco mal porque no escribió calaveritas del día de muertos este año. Si no se equivoca, ya van dos años que no lo hace. Recuerda que ese detalle, el hacer una breve rima describiendo la muerte de algún personaje blogosférico, lo hacía un poco más querido en la comunidad. Incluso algunos hablaron de que debía ser una tradición. Pero es igual que el día de muertos: Fest cambia, el día de muertos también, las ofrendas se modernizan, inevitablemente adoptan más cultura de halloween, Garfield utiliza menos arte en el fondo y diálogos más cortos, Jon se hace más estúpido, los Simpsons pierden ese detalle de valor familiar que tenían en los primeros episodios, los Simpsons se hacen más absurdos… la gente pide más, y más. La gente pide cambio.

El párrafo anterior tiene poco sentido… si no es que nulo… se les verá al rato, tiene una novela fast foodera que escribir.

Que pasen un delicioso día de muertos, con pancito y chocolate, en compañía de alguna disfrazada de piruja (que sólo disfrazada, se les dice), o de algún batman con músculos sobre los músculos… se los desea este, su escritor de confianza.