Honorabilísimos integrantes del club: “El culo de Ofelia“, les mando este e-mail con la esperanza de pertenecer a su distinguido quórum. Desde hace un año les he dado seguimiento, con la entrada de uno de mis primos y las fotos que ha recibido a cambio. Me permito añadir que si alguien le ayudó a la caza de nuevas presas, fue un servidor quien gustoso aportó (y aportará) sus dotes de seductor a la causa. Ahora que mi primo tiene una relación estable, y que el culo de su esposa (la cual yo le presenté) es más que conocido por ustedes y por mí, he querido unírmeles con la esperanza de traerles nuevos retos, nuevas caras y nuevas nalgas. ¿Se han fijado en la curiosa relación entre nalga y cara? Algunos estudiosos de la vida diaria afirman que es lo mismo.

Seguro estan pensando que el club esta bien, así como esta, con las fotitos ocasionales y nada más… por eso me gustaría presentarme y darles unos brevísimos datos acerca de mi persona, para que consideren seriamente lo que este hombre es capaz y esta dispuesto a hacer por todos nosotros. Tengo 32 años y soy soltero, más por convicción que por el destino. Soy un hombre educado y bueno, en cierta forma, metrosexual. Eso obliga que muchas veces las mujeres confundan mis preferencias sexuales y por esas mismas circunstancias, me ofrecen el ano, argumentando que con ello me sentiré más agusto. Es inútil explicarles que soy heterosexual, así como inútil pensar que no les gusta ofrecer el culo.

Al principio, me sentía mal, pero luego les preguntaba si podía tomarles fotos mientras cogíamos, para enseñárselas a mis amigos putos porque me era imposible creer que había follado con una mujer. Una vez no me aguanté la risa y me disculpé, argumentando que el whisky me ponía demasiado contento. Primero les mencionaba que no había necesidad de tomarles una foto de su cara, luego lo borré del guión porque ya no era requerido. Unas cuestan más trabajo de convencer que otras, pero todas han accedido hasta la fecha. En mi colección, mi folder personal, tengo 420 fotografías. Por supuesto, hay varias que son de la misma mujer, no hay necesidad de alarmarse pensando que he cogido más que ustedes. Si ustedes me permiten unirme a su club, a manera de archivo pasado, es posible publicar la mayoría de estas fotografías.

Algunos se preguntarán si no siento una especie de remordimiento. La respuesta es: No. Me es totalmente hermoso tener la posibilidad de publicar estas fotografías, estos trofeos, que he obtenido gracias a las suposiciones erradas de mujeres que he conocido en bares, de negocios, mis propias secretarias, mis asistentes. Me gustaría que algunos integrantes del club, consideraran la posibilidad de hacerse pasar por homosexuales, aunque hay los accidentes ocasionales dónde algún varón querrá tomarles la nalga, las mujeres se derriten con un hombre bien vestido, educado y sensible. Si algunos de ustedes quisieran intentar esto, con gusto puedo asesorarles sin costo alguno, para que se asomen a la buena vida.

Archivo adjunto: La foto de Lauriana (nombre no verdadero, por supuesto).

Lauriana es mi última conquista, la asistente nueva, egresada de Universidad Jesuita. Esto sucedió en la oficina. Si quieren más detalles de cómo la sodomicé salvajemente en el escritorio… preferiría que me dieran una respuesta positiva a mi solicitud de inscripción. Hay otras dieciseis fotos, más puercas todavía, esperando sus gritos de aprobación y triunfo. Anoche retozamos como perritos de pradera, urgidos, necesitados… ella maravillada de como se follaba a un puto, yo contento de poder servirles a ustedes.

Foto: La Maga.

Este cuento forma parte de los fotocuentos que escribí en este blog.

Puedes leer más acerca de este proyecto en esta entrada.

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