Ahora recuerdo porque bajaba temprano. La casa de enfrente era mi alimento voyerista. Al regresar a casting, el alimento disminuyó: se perdieron las apariciones de la chica (“Ropa Interior Morada”). Semanas atrás me la encontré saliendo de su casa. No es bonita. Se pinta mal el cabello. Boca demasiado grande. Buen cuerpo. Rompe fantasías en la cercanía. Hoy que llegué temprano, miré su silueta a través del vidrio esmerilado y me picó el alacrán de la fascinación. Paré lo que estaba haciendo y observé: se tocaba la sudadera, luego se bajó los pantalones, se sentó sobre la taza de baño e hizo lo suyo. Que momento más curioso para capturar en la memoria. Curioso e incómodo.

Terminó. Se levantó y buscó su cepillo de dientes. Esa rutina ya la conocía. Me sentí familiar. Por una pequeña rendija miré su rostro. Creo que le miré los ojos, la punta de la nariz y el cepillo de dientes, que, confundí por un cigarro unos segundos. Vidrio esmerilado. Tal vez ella me descubriría mirándola. Así tendría la oportunidad de sentirme profundamente avergonzado. Creo que miré sus ojos. Ella terminó de lavarse los dientes, secó sus manos en la toalla colgada a la izquierda de su pequeño universo esmerilado, su cubo zen, pedacito de tranquilidad, y luego lo abandonó. Nos abandonó. Luego de aquella desolación placentera, recordé hace unos años, y me acordé de Patricia. Tenías razón: Todo tiempo pasado siempre nos parecerá mejor. Fabricante de mentiras. ¿Sonríes discretamente al final, niña?

Noesh me dejó un meme.

El meme consiste en publicar el primer twitter-post que escribiste. No hay nada interesante en mi twitter. Sólo líneas que se me ocurren para algunas historias. Fragmentos enigmáticos que nunca escribiré aquí. Basura. Finalmente sólo es twitter. Para chatear con los amigos a través de una página. Mirar como la gente pretende ser quien no es. Asesinato a la congruencia. Cinismo. Búsqueda de respuestas, ampliaciones de quejas, demasiada información, chistes, chismes, la misma vida. Lo mismo que un blog, pero el blog son microactulizaciones. La facilidad de estas micro actualizaciones, las hace pequeñas pero picosas. Un ejército de hormigas constantemente devorando tu monitor.

Adictivo.

No releí mis posts de twitter. Después de navegar 88 páginas y encontrar los primeros, puedo asegurar que todo es lo mismo. O muy parecido. No siempre los tiempos pasados fueron mejores, o más interesantes. Un simple engaño de la percepción. Un engaño cómodo. La niña sonríe porque se la pasó bien. Se lava los dientes porque quiere sentirse fresca. Miro a través de la ventana, porque me gusta mirar. Y ya.