Pensar un título ingenioso para cada uno de los posts que se escribieron aquí durante estos seis años (que este blog ya cumplió los seis hace un buen tiempo ¿o me equivoco?), fue una molestia constante. Es por eso que luego me da por hacer algo estúpido con los títulos. Desde pensar en la línea de una canción, adaptar referencias populares, inventar nuevas palabras o sencillamente usar una sola palabra. Se habrán dado cuenta que ninguna de esas opciones define ingenioso en mi diccionario. Pero les puedo prometer, sin lugar a dudas, que de verdad perdí muchas veces el tiempo pensando el título. Cada uno de los títulos. De verdad.

Originalmente no iba a escribir de los títulos.

Originalmente no iba a escribir de nada. Supongo que estoy esperando que pase el tiempo. El día de hoy terminó mi casting y vinieron bastantes niñas. No son Dakota Fanning. Pero no son malas. Lo interesante a veces son sus madres. MILF MILF MILF. Algunas. No todas. Piensa uno, mientras está haciendo la rutina en el foro con la niña (un diálogo insulso… orgullo de todos los creativos mexicanos), ¿y si le digo a la mamá que si me hace un favorcito? ¿Por qué no? ¿Qué me lo impide?

Un puñado de principios y el bendito matrimonio, supongo.

Pensaba en mi cacto. En Bob. El verdadero Bob, quien yace seco en una maceta. Mientras que el Bob ficticio número uno está perdido en un lugar. Desperté hoy, pensando en mi cacto y extrañándolo. La voz de Sol estaba en algún lugar, preguntándome si hoy iría a verla y a qué hora me esperaba. En la noche mi amor pinpón, ¿cómo no?, respondí sin saber exactamente lo que estaba hablando. En un matrimonio común, matrimonio es sinónimo de vivir juntos, el mío todavía no es así.

Escribir porquerías… Eso me ha cruzado por la mente diversas veces. Escribir lo más indecente del mundo. ¿Por qué no? Los doce meses. Doce cuentos cochinos. Bob el cacto muerto, las niñas que digan su texto como excelentes actrices, y escribir porquerías. Además… los títulos en los posts de mi blog. ¿Cómo puede una persona relacionar todas esas cosas? Muy sencillo. No puede. No debe. No tiene por qué. Sólo uno como yo.

Efectivamente… me siento solo desde el día que no estas.