Según sexenio la fórmula de la coca cola existe y ya la encontraron. Hay gente probándola, a ver si funciona. Siempre pensé que uno de mis vicios preferidos, era producto del orín de algún animal mitológico. En Coca Cola, a un lado de sus fábricas, están lo establos de dragones tontos (su genética modificada a través de la crianza irresponsable, pero necesaria) y orinan el componente 7X de la Coca Cola. No lo vean mal, piénsenlo: La orina de dragón es deliciosa.

Además, los dragones son, en su forma más pura, seres inteligentes y astutos. Son tramposos, sabios, longevos, ambiciosos y de un agudo ingenio maligno. Beber su orina, aún cuando es de sus primos tontos, debería producir alguna especie de beneficio en el receptor. Por eso me la tomo con singular alegría. Es mejor con hielos y en época de calor. Si la bebes de la botella vidrio sus propiedades se conservan más tiempo que si la bebes de una lata o de un vaso.

Me angustia que haya una fórmula. La presencia de una serie de componentes y pasos a seguir que hagan de mi bebida preferida algo hecho en casa es inconcebible. Mejor voy al mercado Sonora por mi orina de dragón o bien, ahorraré para comprarme un dragón idiota. Peores compras de necedad y capricho he de haber hecho.

Me habría gustado vivir en los tiempos de la coca cocainómana. Seguro aquellos que la probaron no pueden olvidar su sabor. ¿Recuerdan la vida sin internet? Juro haber escuchado, por ahí de los ochentas, que la coca cola todavía tenía cocaína y las señoras del mercado de mi abuela la criticaban como un vicio deplorable e incurable. Peor que ser alcohólico. El internet de aquel entonces, eran las señoras del mercado y el periódico de mi abuela.

A mi whisky, en ocasiones, le pongo un chorrito de coca cola. No lo hago con frecuencia, es un placer culpable. Jack Daniels lo está popularizando con sus latas de whisky y coca, que se pueden comprar en el Oxxo más cercano. Bebidas preparadas para su comodidad del tamaño de una lata. Ya se me antojó, pero no es el día, ni la hora. ¿Placeres culpables? Beber a medio día mientras uno se supone trabajando.

Leyendo la lista de ingredientes, he caído en cuenta que los tengo todos. Sólo es cosa de levantarme, servirme un poco de Coca Cola y poner manos a la obra. Confirmar si es cierto que mi bebida preferida se reduce a matemáticas, a ingredientes, a recetas, a fórmulas. ¿La coca cola es un producto químico? ¡No, qué va!

Mi cerebro susurra–: Vamos, hazlo. Mientras que mi corazón le interrumpe–: No lo hagas… hay secretos que deben conservarse como tal. Sé siempre el niño. Siempre. Alejamiento de cámaras. Escena: una comida familiar, una mesa cubierta por un mantel de motivos mexicanos, las tortillas, los guisos y en el centro, mientras la familia platica y ríe, la botella de una Coca Cola parece sonreír porque también se comparte en familia.