Otra de sonrisas. Harold Kroninger, en “The Stand”, practica diariamente la sonrisa frente al espejo para esconder sus planeas. Kroninger preapocalíptico: gordo, lentes, geek, quejica. Cree que la caída del mundo cambiará los valores, que finalmente encontrará alguien que le quiera como es: un puñado de defectos encerrados en un cuerpo torpe y fofo. Eso no sucede, por supuesto, si algo tiene la desgracia es que no suaviza el corazón de los testigos, al contrario, los endurece o los aleja. (Otro cuerpo torpe y fofo: El de Bastian, en la Historia Interminable, y quizás haya una manera de ligar el destino de ambos personajes. Ambos se convierten en una burla, en una ironía, mientras que uno se corrompe el otro consigue, a través del viaje de un falso héroe, madurar en una inspiración para otros). Kroninger postapocalíptico, con el toque de Flagg en el hombro: lentes de contacto, un cuerpo bien ejercitado, corte de cabello a la militar, una sucesión de días frente al espejo donde practica la sonrisa una y otra vez, porque sabe que su sonrisa no es sincera, las primeras veces asusta con ella, y ya que ha conseguido embellecer su cuerpo y la mimética de la amabilidad, entonces lleva a cabo su venganza contra un mundo derruido (contra sí mismo, el imbécil, contra lo que fue y lo que es). Como Harold, pero por otros motivos, también he practicado la sonrisa en el espejo. Conocer las facciones, hacer una memoria del movimiento de los músculos en el rostro, es un ejercicio de actuación. No sabes cuándo lo puedes necesitar, quizás cuando cuentes una anécdota, quizás cuando cuentes un chiste, quizás cuando desees pedirle un favor a la cajera. A veces me paro frente al espejo para practicar (igual que mi amiga de cartas), los diversos rostros de un personaje al que estoy escribiendo. Sus expresiones me son importantes, como alza las cejas, como sonríe, como se ve cuando está triste, si se deshace el rostro cuando llora. Es como un amuleto, pienso que si puedo visualizar el rostro de alguien que no existe a través del mío, estaré más cerca de conseguir su esencia verdadera.