pero no diré ninguna. Todavía no escojo con cuál evadirme. No es que algún tema sea de particular importancia pero hay unos que molestan más que otros. Soñé con el grupo del año pasado (no importa cuál). Soñé con A quien vestía una camisa gris por alguna extraña razón. Siempre lo vi de negro. En el sueño, un camión de pasajeros atropelló a un grupo de viejos. Intentaba tomar un taxi para verte, decirte algo muy importante acerca de tu proyecto. Pero nunca llegué porque las ambulancias empezaron a recoger a los muertos y mejor regresé a mi casa. Mi otra casa.
La casa era muy extraña. Debería dejar de jugar Nintendo.
Mejor hablemos de los resultados del FONCA. (No tengo nada qué decir de eso, en realidad, pero todo mundo habla de ello en Twitter y por qué no). Yo también metí un proyecto aunque sabía que mis probabilidades se redujeron a casi cero. El error es no meter nada. Si tu nombre no está en los resultados, abandónalo y escoge otra cosa. Todos los días me levanto y pienso: desde la muerte de Terry Pratchett, estoy convencido, quiero escribir dos novelas breves al año. Pero todavía no empiezo. Sigo soñando con ello. Como si soñar fuera más importante. Soñar la escritura como Daniel Espartaco en Letras Libres. Sí, algo así. O no. Sigo revisando novelas anteriores, cambiando errores imbéciles como “ocaciones” a “ocasiones”. Risa de Daniel Rabinovich. Risa ogete. Revisar me está matando pero está bien. Me lo merezco.
Cuando saco a pasear a mi perro, pienso en mi propio decálogo del escritor. Llevo anotados cien puntos. Valiente decálogo. Comentario obvio del señor en la última fila: un decálogo son diez, menudo imbécil. Cara de fastidio del menudo imbécil. Si voy a intentar escribir dos novelas breves al año debo tener un cuaderno de principios. Mínimo. Lo bueno es que todavía estoy en la etapa de planeación. Quizás esas dos novelas breves se reduzcan a algo mejor: tejer una bufanda, por ejemplo, y mirar a las cabras de mi vecino engordar hasta que el señor Calavera decida que es hora de cercenarles el cuello. Eso está mucho mejor. Mañana pensaré en otras cosas.