Cthulhu Saves the World
Tentáculos impíos salvan este mundo
Jugué el RPG anterior de Zeboyd Games, Breath of Death VII y recuerdo que algunas de sus mecánicas me hicieron “la vida fácil” (pero en el juego, pero fácil). Por ejemplo, no hay mucho control sobre el crecimiento de los personajes y básicamente sus atributos, así como sus niveles, los separan en dos tipos: guerreros o magos. No hay que pensarle mucho, de veras, lo cuál puede ser una ventaja que aprovecha más bien el género para contar una historia.
Otro aspecto que rescataron de su juego anterior: el grinding es más o menos opcional. A través de un menú, puedes decidir si batallar y si cubres un mínimo de batallas en ciertas zonas, entonces el juego te ahorra más encuentros aleatorios en esa zona. Esto es conveniente, incluso puede sentirse tramposo, pero es una mejor alternativa al absoluto poder del grinding por oro y por experiencia.
Claro, igual que Breath of Death, Cthulhu Saves the World contiene numerosos momentos de humor blanco y homenajes con respecto a varias industrias: los videojuegos, la literatura de horror, el hentai de tentáculos, los cultos y los fanáticos sin cerebro. Cthulhu tiene habilidades divertidas con las cuáles puede enloquecer a sus enemigos y matarlos con facilidad. Los personajes que acompañan a Cthulhu en esta aventura son más bien patiños y constantemente aprovechan las circunstancias para burlarse del Antiguo: Umi (la muchacha fanática), Sharpe (la espada legendaria), Dacre (el viejo enloquecido), October (la ferviente cultista) y Paws (el gato alienígena).
El viaje de Cthulhu lo guiará al enfrentamiento de otras criaturas antiguas en pos de salvar al mundo (Nyarlathotep y Shoggoth, por ejemplo). La historia es muy sencilla: si Cthulhu quiere recuperar sus poderes, tiene que ser un héroe. Por cada acto heroico recupera un poco más de su viejo poder. Al inicio desea destruir el mundo pero después quién sabe, quizás la amistad lo convierte en un pulpo amistoso y blando, quizás la visión de muchachas en bikini es suficiente para convertirlo en un viejo rabo verde deseoso de amores y amistades. Sí, con esto quiero decir que la historia no es para tomarse muy en serio y hacen pedazos a Lovecraft. Hay homenajes, pero si eres fanático del escritor del horror, quizás este juego te haga rabiar y te canse pronto su sentido del humor.
Más allá de la historia, me gustó la narrativa breve de los objetos: las tumbas (reminiscencia de Breath of Death), los libreros y los cajones. Es entretenido tocar estos objetos para abrir pequeñas historias, homenajes y chistes con respecto al juego.
Cthulhu en dificultad normal es más bien fácil. Quizás convendría subirle un punto más a la dificultad si estás acostumbrado a jugar RPGs. Disfruté el viajecillo y la historia, pero sentí que terminó pronto. Después de acabado, hay otros modos interesantes que te invitan a revivir el juego. Uno de ellos es el comentario de los desarrolladores y otro es el inicio pero desde la perspectiva de algunos personajes femeninos. Cthulhu es tan débil que prefiere dejar la tarea de los actos heroicos a October, la cultista. Gracias a ello la historia se rompe, se bifurca la realidad del mismo juego; aparentemente es el mismo RPG pero la historia tiene cambios esenciales.
Recomiendo este juego porque tiene tentáculos, buen humor, horrores más allá de toda comprensión y a Santa Claus. Nada mal.