El crossover de los FPS más ambicioso de la historia

Overwatch

Me tomó un par de años llegar a Overwatch. Lo único que conocía del juego, era mi lectura a un par de entrevistas que le hicieron a los genios detrás del juego y los gifs de las animaciones de uno que otro personaje. Eventualmente un par de amigos me jalaron a jugarlo nomás de escucharlos cómo se divertían. No se equivocaban. Overwatch es una casa en la cual podría sentirme cómodo.

Después de jugarlo varias horas, creo que Blizzard ha perfeccionado el FPS de arenas e impuso un peldaño difícil de superar dentro de la industria competitiva. Overwatch es una fusión de distintos modos de juego que han surgido a lo largo de la historia (no sólo FPSes, pero incluso toma uno que otro elemento de los rogue-like y los RPGs de los cuáles son unos expertos) y han conseguido unirlos para crear una experiencia fascinante y entretenida.

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Las morras de Overwatch.

Overwatch es un fabuloso ejemplo de diseño de personajes y como una buena dirección artística consigue seducir al jugador para entrarle a una experiencia. Desde los tiempos de Street Fighter, los diseñadores de videojuegos descubrieron que la historia es una tontería cuando tu diseño de personajes es bueno. Todo gamer, de algún modo, quiere interpretar el papel de un héroe o de un villano. En los arcades usábamos a Sagat, a Blanka o a Guile. En Overwatch, tenemos oportunidad de usar a Bastion, Tracer o D.Va. Las presentaciones de los personajes, sus animaciones de victoria o jugadas destacadas, representan muy bien el espíritu de un juego competitivo.

A través del diseño, Blizzard convirtió un género como el FPS en un vistoso coliseo. El mero mole de la compañía. Los diseños de sus personajes parecen armados a partir de sus otras dos franquicias muy populares y son quizás, incluso, una fusión de los mismos: Starcraft y Warcraft. Doomfist es Thrall, Black Widow es Kerrigan, Reinhardt es Arthas, etcétera. Blizzard ha tratado de presentar una historia a través de diversos cortos que tratan de sus personajes, pero parecen más bien cortos animados curiosos que una historia coherente. Un punto a favor de su diseño de personajes: las actuaciones de voz, tanto en inglés como en español, son soberbias y ayudan a la inmersión del juego. Durante los mapas, escucharás a los personajes comunicarse y revelar un poco de su relación, su rivalidad y su historia.

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¿Es Lúcio un pirata? ¿Es Junkrat un lúcio?

Los personajes se dividen en clases, tipos de daño y de juego. Entrar a una arena de equipos es muy similar a entrar a un calabozo y el éxito del mismo, como en WoW, depende de qué escogieron tus camaradas en relación a la situación. Claro, inviertes menos el tiempo que en un RPG y hay mucha más acción en Overwatch, pero el principio parece ser el mismo. Ganar un juego realmente se siente como un trabajo de equipo y si cada uno controla con precisión las habilidades de sus personajes, las oportunidades de ganar aumentan.

Hasta la fecha, los personajes se dividen en cuatro clases: ataque, defensa, tanque y soporte. El ataque se enfoca en el daño por segundo; defensa es ligeramente más pasivo y parecen diseñados para romper las filas del equipo contrario; los tanques son expertos en soportar al dolor y llevar al equipo adelante; los de soporte son curadores y aumentadores de habilidades. Quizás, lo que más me ha gustado del juego, es cómo Blizzard aprendió de distintos FPSes y lograron incorporar ciertos arquetipos al mundo de Overwatch. Pharah se siente como un personaje clásico de Quake o Unreal; D.Va toma varios de sus elementos competitivos de Titanfall; Soldier 76 es el clásico marino espacial o Duke Nukem. No por lo mismo todos los personajes están basados necesariamente en otros juegos, pero saber de dónde vienen algunos hacen más fácil la transición y entrarle a lo barrido.

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Orissa, la protectora.

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Oh, hear? This is my jam!

Overwatch es totalmente en línea y multijugador (a no ser que entrenar con personajes y bots te parezca de lo más divertido). Hay suficientes tipos de juego y modos para mantenerse entretenido. Los modos de equipo contra equipo se dividen en escenarios de lo mismo: defender zonas, empujar la carga, atacar zonas. También hay robo de banderas y deathmatch de equipos y solitario. Por cada juego terminado, obtienes experiencia y subes niveles. La meta, supongo, es llegar al nivel 25 para tener la oportunidad de jugar modos competitivos y pertenecer a la liga Overwatch. He jugado algunos juegos competitivos y son sumamente difíciles e intensos. Realmente quienes le entran a este modo son jugadores que tienen bien medidos los mapas y los personajes de Overwatch. No por ello deja de ser divertido.

Finalmente, quizás convendría hablar de las cajas, las malditas cajas. Una de las muchas gracias de Overwatch, el juego dentro del juego, es ganar cajas para obtener elementos cosméticos de los personajes. Nuevos trajes, animaciones, voces, sprays y porquería y media. Ojo: ninguno de estos elementos ofrece una ventaja competitiva, al menos no una aparente. Puedes comprarlas o puedes ganarlas a través del arcade o los mapas propuestos. Suele haber un mapa especial para ganar una caja por día, o puedes ganar tres cajas con nueve juegos ganados a lo largo de una semana. Una vez que te encariñas con los personajes que sueles utilizar, es muy difícil no contemplar la idea de adquirir todas sus chingaderillas para tener oportunidad de presumirlo y adaptarlo a tu personalidad.

¿Recomiendo Overwatch? Simón, si te gustan los juegos de primera persona y de arena, además de luchar en equipos por destruir al contrario, es un juegazo.

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