Tropico es una marca de juegos de simulación de ciudades. Asumes el papel de un tirano que controla una pequeña isla sudamericana que se llama Trópico y es habitada por los pobres tropiquenses, muchos de ellos inmigrantes que escapan de otras dictaduras isleñas. ¿Serás un dictador benevolente o un tirano marxista? Supongo que lo descubrirás no sólo a través de los servicios que construyas pero los edictos que manejes para controlar a la población. Al final, independientemente de tus inclinaciones políticas o filosóficas, lo único que importa es que tú los controles.
Cada tantos años tienes que arreglártelas para que los ciudadanos sigan votando por ti o simplemente abusar de tu liderazgo militar y hacerles saber que las elecciones competen a memos burocráticos y demócratas. Habrá rebeldes, pero vamos, qué importa fusilar a dos que tres liberales o comunistas o fanáticos religiosos.
Alguna vez, en mis años de juventud, jugué alguna de las primeras iteraciones de Tropico. Recientemente intenté jugar Tropico 3 pero me pareció medio burdo y más difícil de lo necesario (qué fácil es encender la chispar de la rebelión), además que su integración con Steam es apenas amable. Después de unas cuantas misiones salté a Tropico 4 y encontré un producto mucho más pulido y entretenido. De Tropico 3 extrañé la música, la cual es más guapachosa y tiene más identidad, y apuesto que principalmente fue la razón por la cual jugué más misiones de las que había planeado en un inicio. La música de Tropico 4 raya en lo genérico, cumple con los ritmos típicos del Caribe, pero dejando de lado el bailongo, los otros puntos que ofrece el juego son, de menos, una simulación muy interesante.
Puede parecer intimidante de inicio: cada ciudadano tiene distintas barras de bienestar que lo impulsan a vivir, trabajar y estar satisfecho con la situación en general. Quizás puedes obsesionarte con darle toda la felicidad a fulanito o a sutanito pero es lo de menos, en el almanaque puedes ver un general de las tendencias políticas y filosóficas de la población. Como líder cumples pequeñas misiones, misiones generales y misiones adicionales que pueden mantener contentos, por ejemplo, a los intelectuales contra los comunistas, y los ambientalistas contra los capitalistas. Las distintas facciones de la isla no siempre estarán de acuerdo contigo: si tomas una decisión para favorecer a un sector de la población puedes perder a otro. Por si fuera poco también debes vigilar hasta cierto punto el ambiente internacional. Tropico empieza en 1950, el año en que se gestan los eventos de una guerra fría de un universo paralelo. Puedes mantener contento a los capitalistas de tu isla, por ejemplo, y eso traerá beneficios con los gringos o puedes procurar las necesidades comunistas para tener un generoso apoyo económico de los ruskis.
Puedes construir tu isla de acuerdo a tus propias ideas de un paraíso caribeño: industria de manufactura, industria de fábricas, ranchos y granjas o turismo. Entre más compleja sea tu idea de tener una isla del tipo, necesitarás a una población más educada y menos propensa al control, lo cual podría orillarte a tomar decisiones más drásticas como ordenar el asesinato de algún rebelde o mantener una policía secreta para detener la rebelión antes de siquiera nacer. Por otro lado, si eres astuto, tendrás ciertas políticas que mantengan un flujo estable de dinero que se deposita directamente a tu cuenta personal: al parecer en eso se mide el éxito de Trópico, cuánto dinero puedes robarle a la isla sin desestabilizar las cosas. El flujo económico del juego está bien balanceado y necesita ser vigilado si no quieres ahogarte en tus propias deudas o ambiciones.
Tropico 4 es un excelente juego de simulación que te permite construir la historia de un país y su máximo gobernante. Puede ser una historia cruel, humorística o sardónica; creo que el juego hace muy buen trabajo de tomar las expectativas del jugador y convertirlo, no se olvide, no en político o un dios, pero un dictador con sus debidos poderes y consecuencias. El diseño del juego caricaturiza líderes y algunos eventos impactantes de la historia. Tropico 4 toma algunos riesgos pero justo cuando se pone incómodo, procura dar saltos a un universo paralelo donde los líderes toman otros nombres y las políticas de hierro están a un chisguete de hacerse reales. ¿Lo recomiendo? Sí, es un juego que durante horas hará feliz a tu tirano interior.