El héroe sin igual, cuyo propósito único en la vida es conocer a Barbara Mori, se levantó un buen día y le echó un poco de agua a su cacto, porque han de saber (explica Bob), que en ese universo los cactos no hablan, no tienen poderes mentales, ni sentido de la moda. Medio leyó el periódico, saludó a sus vecinos, besó la tierra por un nuevo día, se sentó frente a la computadora y empezó a escribir en su blog acerca del nuevo iPod de 240 gigas –sistema operativo Longtiger–, hecho por Applesoft. Ello le garantizaba unos cuantos centavos de dolar, cortesía de Adsense, y le daba pinta de hombre informado, actual y tecnocrático dentro de la blogósfera.
Entonces el héroe sin igual, miró a su cacto (llamado Bob, ¡qué casualidad!) y le preguntó–: Hey… hey… ¿crees que funcione? ¿crees que algún día seré tan famoso como para conocer a Barbara Mori en persona y pedirle un autógrafo en el pecho?
El cacto no respondió.
–Bob… es terrible.
–Cállate y sigue escribiendo a como te dicte.
–¡Déjame ir! ¡Déjame ir!