(pienso en ti, Pata Farías).
Algún día llegarás aquí por mera casualidad. Cuando llegues, y me dejes un mensaje, me sentiré culpable. Pero también me acordaré de ti y cada uno, en la comodidad de su hogar, revivirá mejores tiempos. Aún el pasado, cuando mierda, era mejor. No sólo porque estabas tú, sino porque sentía mejor. Sentía las circunstancias entretejiéndose. Nuestras vidas pudieron ser distintas. Todas esas ilusiones pasadas y demás. Como nos gusta hablar de ellas cuando hace calor, hay poco trabajo y uno espera ansioso la paga para comprar cigarrillos.
Anoche no podía dormir. Seguía pensando en escribir. Elegí el camino difícil, creo… no, lo sé. Estaba pensando escribir cuentos nada más. Otro libro de cuentos para presentar a los concursos. Miro el título de mi blog: “Árbol de los Mil Nombres”. ¿Por qué? Asiento despacito. ¿Cuentos de personajes ya conocidos o por conocer? ¿Cuántos debería escribir? 12 ó 15. Tengo esos números en la cabeza. ¿Largos o pequeñitos? ¿Estereotípicos o arquetípicos? Arquetistereotipados. Pongan el acento donde gusten en la palabra inventada. Los cuentos son pequeños. Recuerdo que después de escribir un cuento inmediatamente deseaba escribir otro.
Tal vez deba abrir un nuevo documento de Word. De cuento en cuento. Tal vez deba escribir treinta para tirar quince a la basura. O más. Sólo escribir puros cuentos. ¿Cómo titularé el libro? Me emociona de sólo pensarlo. ¿Y si regreso a la juventud, dónde sólo escribía cuentos ingenuos? Así lograría sesenta cuentos y tiraría cincuenta a la basura. ¿Qué tal si los escribiera todos con cierto número de palabras? ¿Qué tal si todos empiezan con la letra A? ¿Y si fueran cuentos de fantasía? Cuentos autobiográficos, donde invente otros finales u otros principios.
Me vino a la mente escribir puros cuentos de mujeres. ¿Qué da miedo de escribir sobre mujeres? Que no soy una. Eso nomás. Uno inventa taradeces cuando no conoce el contexto. No siempre la observación es suficiente. Pero se convertiría en un ejercicio interesante. Fascinante. Siempre escribir.
Cosas breves, que no pueden negarse aún cuando hace calor y la coca cola esta al tiempo.