GTA III era un sandbox gris y plano, simulando un Nueva York desteñido y tristón. Jugable, aunque carecía de cierta personalidad, colores o matices, igual que su personaje principal: Claude. Ya hablé de ello en mi reseña de GTA III. El siguiente juego en mi backlog, es el siguiente juego de la franquicia: GTA Vice City. El equipo de desarrollo enseñó los colmillos después de haberlo dado todo en su primera ciudad virtual e hicieron lo posible por superar los límites que ellos mismos impusieron; Rockstar se animó a crear su propia versión de un Miami criminal y vicioso, uno que se quedará grabado en las memorias de sus jóvenes jugadores y aún hoy, consiguiera romper las expectativas que otros juegos de mundo abierto pretenden imitar. De la mano de Scarface (la película de Brian De Palma), su inspiración principal, nos abrirán las puertas a una ciudad de colores, de amaneceres imposibles, de noches neon como las simuladas en la imaginación de los compositores del mallsynth y el vaporwave. Tony Montana quedaría tan impresionado con Tommy Vercetti, que él mismo buscaría hacerse un lugar como avatar de mundo binario en su propio juego (Wii, PS2). Las mejoras que hizo Rockstar al género de mundo abierto y criminal son notables, en tanto a jugabilidad, diseño y narrativa; tanto así, que si tuviera que recomendar una entrada al género, recomendaría VC en vez de GTA III.

Primero hablemos del diseño: los personajes principales y secundarios son más caricaturizados, menos acartonados; consiguen hacer expresiones que pueden ser interpretadas durante los tiempos narrativos y se asemejan mucho a su versión de póster, esa que verás entre las pantallas de carga. Vice City no solo consigue crear un diseño más robusto, encantador, pero también siembra la semilla de un estilo que lo distinguirá durante muchos años, una especie de arte que va entre lo desfachatado y lo hiperrealista; la creación de personajes míticos y cínicos que son dioses dentro de su mundo de crimen. El personaje principal, Tommy Vercetti, guarda cierto parecido al actor de voz que lo encarna: Ralph Liotta (Goodfellas, Casino). Los edificios aparentan texturas más sencillas que GTA III, pero también reciben mejor los colores y los efectos, y se difuminan muy bien dentro del mundo donde son depositados: Miami en los ochenta. Las palmeras aún tienen problemas de transparencia y parecen props de cartón, pero son más complejos que los arbolitos del pequeño central park de Liberty City en GTA 3. Los NPCs que andan por el mundo son más variados, más entretenidos y, también, más realistas: muchachos en patines, gordos en traje de baño, muchachas de vestidos entallados, policías rubios que persiguen ladrones negros y latinos, cigarreras afuera de los hoteles y los bares, entre otros. Puede ser fascinante apreciar el día y la noche de Vice City y ver cómo las fuentes de luz cambian todo a tu alrededor.

En cuanto al sonido, la música y las voces, en GTA Vice City están mucho mejor trabajadas que su predecesor. En el primer juego, notabas algunos saltos de sonido y calidad que podían ser molestos. Aquí lo son menos (todavía hay pequeños fallos), pero hicieron un mejor trabajo para esconder la artificialidad en las escenas. El radio es aún más divertido, con más comerciales, más charlas y más entrevistas, y es mucho más complejo en términos de escritura y creatividad. En una de ellas, una muchacha un tanto nerviosa habla con resurrecciones de dioses antiguos y criaturas de la noche, por ejemplo. En otra entrevista, tres candidatos a la gobernatura de Vice City contienden en un debate absurdo pero vigente (uno de ellos es muy similar a Donald Trump). El soundtrack está directamente inspirado en la época donde se ambienta el juego: rock glam y pop de los ochenta. Igual que su predecesor, de vez en cuando actualizan el juego para retirar una que otra canción porque han perdido la licencia, así que igual irá mejor buscando alguna lista en Spotify o su servicio streaming de preferencia que contenga todas las canciones para completar la experiencia.

GTA Vice City amplía la jugabilidad del primero: agrega un montón de armas más (habemus chainsaw para cortar brazos y piernas), además de la posibilidad de volar en helicóptero, navegar algún bote o montar una motocicleta. Es divertido ver cómo ondula la ropa del personaje contra el viento mientras le metes pata a la moto (uy, los gráficos de ese entonces, run, run, run, ¡qué cabrón!). Las misiones son más ricas, profundizan en todas las mecánicas disponibles para el juego y también en alguna historia, pero de ello daremos más detalles después. También puedes manejar helicópteros a control remoto para soltar una que otra bomba y provocar el caos. Los policías son más agresivos y variados en esta versión del juego, pueden soltar los rieles para tronarte las llantas o le echan una llamadita a los detectives (espejo de aquellos de Miami Vice), el equipo SWAT y al FBI para detenerte. Puntos extra si te robas alguno de esos vehículos y haces que te persigan por todo Vice City. Este juego implementa la compra de propiedades, algunas con su propio garage para que guardes algún auto (sí, también hay más autos en este GTA) o que tienen su propia base de operaciones para que recojas algún arma o algún chaleco antibalas. La más cara tiene un helicóptero, por si quieres navegar más rápido la ciudad. También puedes comprar negocios que te darán un varito cada tanto que te puede sacar de un apuro. Eventualmente, para apreciar toda la historia del juego, tendrás que comprar la mayoría de las propiedades y hacer sus misiones. Hay más dinámicas, más tiendas (ropa, munición, pizzerías), más misiones adicionales y terciarias (entrega la pizza anciano) y más callejones donde sacar la sierra eléctrica para hacer una masacre. El mundo abierto no decepciona, hay más opciones para provocar el caos y la destrucción.

Finalmente, en el ámbito narrativo, el personaje tiene una personalidad y un propósito: Tommy Vercetti es un hombre que salió de la cárcel de Liberty City y es enviado por su familia de mafiosos para levantar un imperio criminal, no sabe exactamente cómo hacerlo, pero está dispuesto a prenderle fuego a la ciudad. Sin embargo, su ego no va más allá de eso, no tiene venganzas o arrepentimientos. Las relaciones que construye son humorísticas, cómicas, o sirven para un efecto de ironía o de expandir el negocio. Él mismo, al final del juego, se autodefine como un psicópata peligroso y se acabó, no se dice más sobre él (o sobre el jugador que lo encarna). Hay algunos cabos sueltos en la historia como, por ejemplo, que no queda claro el momento en que Tommy Vercetti decide abandonar a su familia para construir su propio imperio y ellos no tiran de su correa hasta que es demasiado tarde. Faltó también desarrollo para entender a Lance Vance, el carnal del protagónico en este infierno, y su historia tiene un progreso chueco, extraño. Pero GTA Vice City tiene un dramatis personae de criminales encantadores y enigmáticos: Umberto Robina (Machete, Danny Trejo), Phil Cassidy (el hombre de un solo brazo en GTA III), un silencioso Donald Love y mi preferida, la tía Poulet, una bruja vudú que droga y controla mentalmente a Tommy para destruir a la banda rival. Hay muchos más (y definitivamente tiene más hilos y posibilidades que GTA III), pero estos especialmente enriquecen el juego y las fronteras de su mundo como un motor para narrar historias episódicas. Los personajes son entrañables y dan una dimensión interesante a Tommy, una que probablemente complementa mucho su historia convencional de emperador del mal.

¿Recomiendo GTA Vice City? Sí, creo que es un excelente juego que encapsula una época y es un pilar de su género. Si quieres jugar un GTA clásico porque nunca has tocado uno, procura que sea este y no el III. Su ambientación es agradable para pasearla, para perderse en largos paseos en auto por sus finitas autopistas y sus playas pixélicas. Incluso puedes ver los amaneceres desde el faro y ya, cuando te aburres, simplemente te subes a una moto y apuntas tu automática a lo que se te ponga enfrente. Súbete al helicóptero, busca el dirigible y verás un mensaje claro, la verdad definitiva sobre estos juegos: el mundo es tuyo, al menos este mundo es tuyo.